Volver a las clases presenciales “va a ser todo un desafío”


Las ansiedades por el regreso a clases se hacen cada vez más notorias, pero desde el Estado, hay una extrema cautela por el desafío que significará.

Sin embargo “como sea vamos a tener que inventar el mejor equilibrio posible para poder volver, porque en la educación obligatoria, la presencialidad es necesaria”, aseguró a FM 89.3 Santa María de las Misiones, la presidente de la Asociación Civil Educación, Irene Kit.

En este sentido, agregó que “aprendemos mejor cuando interactuamos con otros, y esto es así tanto para el docente como para el alumno y sus pares”.

Sin embargo, advirtió que el regreso no será para nada a lo que conocíamos. “Va a ser un período de educación dual, donde las clases presenciales se van a intercalar con la modalidad virtual”, dijo y añadió que “no van a ir al colegio cinco horas y todos los días, van a tener que aprovechar al máximo el tiempo en las aulas”.

Lo cierto es que tanto los estudiantes, docentes y padres, debieron ajustarse a esta nueva modalidad de aprendizaje sin previo aviso y sin pruebas piloto, en donde la escuela se trasladó al domicilio particular de cada chico.

Y la acumulación de situaciones estresantes en el hogar sumado a los problemas asociados a la falta de conexión a Internet, fallas en las plataformas virtuales, o escaso acceso al celular que muchas veces debe ser compartido entre hermanos, comenzó a generar un hartazgo general con respecto a las clases virtuales.

En relación a esto, Kit contó que “la mayor preocupación que tenemos con los colegas que, a causa de todo esto, quede asociado el hecho de aprender con una carga muy excesiva de estrés”.

 

Los padres

Una de las quejas más frecuentes por parte de los padres es que, según la presidente de la Asociación Civil Educación, “al ayudarlos a hacer su tarea notan que las formas de explicarle a los chicos no son las mismas con las que aprendimos nosotros”, y esto genera inconvenientes a la hora de realizar ciertos ejercicios, ya que los profesores piden que se hagan de una manera que ni estudiantes ni padres entienden.

Alumnos y docentes

Otro gran inconveniente fue la falta de motivación por parte de los chicos. “Es importante encontrar formas alternativas para estimularlos a que tengan interés por usar la cabeza y que no necesariamente su conocimiento esté atado a las listas de contenidos escolares en las guías de estudio, porque creo que esa no es la única forma de aprender”, sostuvo.

Asimismo, las tareas también agotan a los docentes que “sienten que en algún momento van a ser evaluados por la cantidad de tarea que dieron o si cumplieron con los contenidos de programas”.

En este sentido, “nuestra tarea de los que tenemos cierta autoridad política o simbólica, es recordar a los docentes que no es necesario que todos tengan que mandar tareas para sus respectivas áreas, porque hay otras maneras de acercar desafíos de aprendizaje”, aclaró.

 

La nota como susto

Por otro lado, Kit también se refirió a la polémica desatada luego que la provincia, y más tarde el Consejo Federal de Educación (CFE), decidieran no evaluar numéricamente en el territorio nacional al finalizar el bimestre.

Se acordó que la evaluación será de carácter formativo y tendrá el propósito de retroalimentar el proceso de aprendizaje, adaptar contenidos y hacer devoluciones orientativas a estudiantes y sus familias.

Al respecto, Kit se pronunció a favor de la decisión ya que “muchas veces usamos la evaluación como una calificación y a ésta como la manera que tenemos de obligar a los alumnos a estudiar, en lugar de motivarlos a aprender”, dijo.

“Estudiar es un verbo que se puede pronunciar en imperativo, pero el aprender no, porque requiere cierto compromiso y de participación que a veces no logramos con las propuestas que les acercamos a los estudiantes, entonces la reemplazamos con la obligación del estudiar.

Por eso, la nota nos sirve de manera de susto y es una pena porque agrega más estrés al estrés que ya tenemos en esta época”, explicó.

Siguiendo esta misma línea, la autora del informe ¿Cómo será la vuelta a clases? del Observatorio Argentinos por la Educación, Gabriela Azar, destacó que “evaluar no es solo calificar”.

“Es acompañar, orientar, ayudar a que todos los estudiantes aprendan óptimamente de acuerdo a sus posibilidades”, al tiempo que subrayó la necesidad de “una evaluación sostenida por desafíos que hagan que los estudiantes elaboren desempeños de comprensión que permitan aplicar procedimientos para saber resolver problemas críticamente”.

En este sentido, también coincidió Alejandro Castro Santander, director general del Observatorio de la Convivencia Escolar de la Universidad Católica de Cuyo: “En este quiebre de la normalidad, tenemos la posibilidad de incluir esos aprendizajes que se han rechazado por muchas décadas: habilidades personales y sociales que necesitamos urgente para la vida con uno mismo, con los otros y todo lo que nos rodea. La música, las artes plásticas, la actividad física”, señaló.

 

Misiones es pionera en la educación inversa

Finalmente, Kit también destacó las propuestas de educación a distancia que tiene la provincia aunque remarcó que “está más pensada para la finalización de los estudios”, y celebró la iniciativa de comenzar a trabajar la educación inversa o aula invertida, en la que se graba la clase en video para que el alumno obtenga la información en un tiempo y lugar que no requieren la presencia física del profesor.

“Creo que esta es una de las claves que nos va a permitir afrontar el regreso a clases después de la cuarentena”, expuso.

Cabe destacar que el término de “aula inversa” propone dar vuelta a la clase tradicional e invertir el orden en el proceso de aprendizaje.

Frente al modelo de enseñanza habitual, donde el profesor explica la lección en clase y los alumnos escuchan y realizan luego los deberes en su casa, esta nueva modalidad, concede a los alumnos la responsabilidad de revisar los contenidos teóricos en casa, para que luego puedan resolver sus dudas y trabajar los conceptos en clase de forma individual o colaborativa.

En nuestra provincia, el año pasado se inauguró la primera escuela con modalidad flipped learning. Se trató de la Escuela Secundaria de Innovación de Misiones, un bachillerato orientado en informática con especialización en robótica.

Sin embargo, la implementación de la modalidad había comenzado mucho antes. En el 2015 hubo diez escuelas que implementaron esta modalidad y luego se pasó a 25 escuelas técnicas y secundarias comunes.
Hasta ese momento, el abordaje de aula invertida se experimentaba únicamente con algunas materias o temas en particulares.

 

Cambian las escuelas

Algunos países ya comenzaron a abrir sus escuelas, aunque con medidas que modificaron las rutinas escolares conocidas.

Es por ello que Gabriela Azar, directora del departamento de Educación de la UCA y directora de la Biblioteca de Innovación docente de Kapelsz, propuso examinar las principales modalidades de retorno implementadas por estos países, en el informe ¿Cómo será la vuelta a clases?, del Observatorio Argentinos por la Educación.

La obligatoriedad del barbijo y la utilización de pupitres individuales por alumno, con una distancia de 1,8 metros, son las dos pautas que se repiten en la mayoría de los países.

Algunos, restringieron las interacciones entre alumnos: en Dinamarca y Alemania sólo pueden reunirse en grupos reducidos en el recreo, mientras que Israel directamente prohibió los contactos cercanos.

En países como China, Dinamarca y Uruguay, el lavado de manos es obligatorio. Otros también aplican medidas de control del estado de salud de los alumnos: algunos sólo les toman la temperatura, mientras que en otros los padres deben firmar un formulario médico de sus hijos.

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