“Queremos terminar con la clandestinidad de esta medicina”


Consenso. Aunque con observaciones, hubo un acuerdo generalizado respecto a las ventajas de la reglamentación.

A más de tres años de la sanción de la ley que permite el uso medicinal de la marihuana en Argentina, los pacientes que hasta ahora debían moverse en la sombra de la clandestinidad, podrían finalmente revertir esta situación. Y es que el Gobierno permitiría que los usuarios terapéuticos puedan cultivar en sus hogares la planta de cannabis, además de habilitar su venta en farmacias y proyectar cultivos y producción pública.

Desde el Ministerio de Salud de la Nación, el ministro Ginés González García, presentó el miércoles, de manera virtual, un proyecto borrador que plantea una nueva reglamentación para la ley que permite el uso medicinal de marihuana, sancionada tres años atrás. Lo novedoso del documento, sobre el que vienen trabajando desde febrero, es que aceptará el cultivo personal de cannabis con destino terapéutico y abre la posibilidad de que el aceite también se consiga en farmacias del país.

Vale destacar que esto no significa que cualquiera va a poder tener plantas de cannabis en sus casas, pero sí podrán entrar en el circuito de legalidad todos los cultivadores solidarios, familias y agrupaciones que sostenían con mucha dificultad la demanda de los usuarios, cuyo crecimiento fue exponencial en los últimos tres años.

La responsable de garantizar los insumos necesarios para facilitar la investigación médica y científica, será Salud nacional. Asimismo, tendrá el rol de fomentar y priorizar, en vistas de la eficiencia en el uso de los recursos, a la producción regional y aquella realizada a través de los laboratorios públicos nucleados en la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP).

La presentación, a cargo del ministro Ginés González García, contó con la participación de la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, y la subsecretaria de Medicamentos e Información Estratégica, Sonia Tarragona, designada como presidenta del consejo consultivo. Se sumaron referentes de ONGs, representantes del Conicet, del INTA, de ANMAT y ANLAP, entre otros.

Puntos claves del borrador

Uno de los puntos centrales de la propuesta, es que se garantiza la creación de un registro de especialidades medicinales, autocultivo, la ampliación de especialidades médicas para su prescripción y un registro de pacientes y cultivadores, para que el Estado, a través de diferentes universidades del país, se ocupe de controlar la calidad del producto.

En relación a esto, desde el Ministerio plantearon que en la nueva reglamentación se incluirá la promoción de programas de extensión universitaria vinculados al cannabis medicinal, el testeo de sustancias y cultivos experimentales para fortalecer la investigación y el acceso. Además, la cartera podrá articular acciones y firmar convenios con instituciones académico científicas, organismos públicos, privados y organizaciones no gubernamentales.

Por otra parte, para quienes necesiten adquirir directamente el aceite, la idea es que algunas farmacias del país puedan incluirlo como especialidad medicinal y suministrarlos. En estos casos, el cannabis terapéutico deberá prescribirlo un médico.

El protocolo establece además la promoción y apoyo a la investigación clínica para la generación de evidencia para la indicación terapéutica en otras patologías.

Otro detalle clave, es que contempla la gratuidad del cannabis medicinal para aquellos que no tengan obra social o cobertura de salud privada, y a los inscriptos en programas específicos de organizaciones públicas

“Es una medicina, y es muy necesaria”

Susana Bartz tiene 62 años y padece de fibromialgia y artrosis. Desde el 2016 consume cannabis medicinal para aliviar el dolor ya que “es lo único que me calma”, dijo a FM 89.3 Santa María de las Misiones. La mejoría fue tal que “llegué a dejar toda la medicación tradicional que tomaba”, aseguró.

Es por ello, que la noticia de la reglamentación “me pone muy contenta” aunque decidió no cantar victoria aún hasta que se haga oficial: “Tuve muchos amagues con la legalización, promesas de todos lados… ahora sólo quiero ver que se cumpla”, señaló. Pese a su esceptisismo, Susana destacó que la legalización del cultivo de cannabis medicinal “es una de las cosas que más deseamos porque, pese a que se consigue, queremos que sea de forma legal para terminar con la clandestinidad de esta medicina que, para nosotros, es muy necesaria”.

Y es que, según contó, el mayor inconveniente de la clandestinidad no es sólo el prejuicio social que se genera al sentir que deben utilizarla en secreto, sino que “muchos se aprovechan de que no podemos reclamar legalmente, y nos venden un producto de mala calidad que no sirve y encima, al conseguirlo a través del mercado negro, tenemos que pagar un sobrecargo en el precio”, expuso.

“Somos muchísimos”

Al contar su lucha y ansias porque el aceite de cannabis finalmente se legalice, Susana no puede evitar hablar en plural. Y es que, según contó “durante todos estos años estuve y estoy acompañada por muchas familias que están en una situación similar a la mía”.

Desde el 2014, “conocí a otras mujeres con fibromialgia y junto a ellas habíamos pedido que se considere a la fibromialgia como una enfermedad del sistema nervioso central”, dijo.

Así es que, desde hace más de cinco años, Susana recibe el acompañamiento de un grupo de mujeres con fibromialgia y que también usan aceite de cannabis y que, en todo el camino recorrido, la hicieron conocer a muchas otras familias que cultivan marihuana porque sus hijos o algún familiar padecen epilepsia, autismo y parkinson, entre otras patologías.

“Entre todos nos socorremos cuando la medicina no nos funciona”, mencionó.

“Era una deuda pendiente”

Para la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, la propuesta de la nueva reglamentación “era una deuda pendiente del Estado”. En el 2017, el Congreso aprobó la ley de investigación del uso medicinal del cannabis y su producción, y en septiembre de ese mismo año se reglamentó. Fue entonces cuando se limitó su estudio para el tratamiento de epilepsia refractaria.

Luego de casi 20 meses, a fines de 2018, el Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus Derivados y Tratamientos No Convencionales, creado a partir de la ley, autorizó al Hospital Garrahan​ a realizar el primer ensayo clínico a cargo del Estado. Participaron 49 chicos de entre 7 meses y 17 años: todos padecían, entre otras patologías neurológicas, epilepsia refractaria. Los resultados demostraron que el tratamiento fue efectivo en el 80% de los casos: de los 49 pacientes que participaron, 39 tuvieron resultados positivos. Es decir, vieron reducidas sus crisis de convulsiones. A partir de entonces, el uso del aceite quedó restringido únicamente a esta afección.

Sin embargo, en la práctica, los derivados de la planta, ya sea aceites o cremas, son utilizados por pacientes con otras patologías como cáncer, reuma, fibromialgia y dolores crónicos. Hasta el momento, sólo se permitía la importación de cannabis para uso medicinal, que es costosa, no siempre de fácil acceso y, muchas veces la calidad del producto es mala.

Para uso terapéutico

Ginés González García siempre se mostró reacio a la legalización de la marihuana para uso recreativo. Sin embargo, también mantuvo su posición a favor de avanzar en materia medicinal para facilitar su acceso.

Límite de cultivo 

Los límites en la cantidad de plantas permitidas en cada hogar o en las sedes de las organizaciones para los cultivos “en red” se conocerán cuando la cartera sanitaria redacte las resoluciones particulares.

Sin fecha de publicación 

Si bien no hay una fecha específica de cuándo estará publicada la nueva reglamentación en el Boletín Oficial, el Ministerio de Salud pidió a los integrantes del Consejo que antes del viernes puedan manifestar sus dudas o consultas, lo que hace pensar que su publicación no demoraría mucho más en hacerse oficial. Cabe destacar, que este proceso de reglamentación comenzó a mediados de febrero y llevó más de diez reuniones con organizaciones de la sociedad civil, sociedades científicas y otros organismos públicos involucrados para lograr el mayor consenso posible en una temática controversial. La agenda de trabajo incluyó la presentación del responsable del Programa Nacional para el Estudio y la Investigación del uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus Derivados, Marcelo Morante, se debatió lo expresado en el artículo 8 de la Ley 27.350 sobre la autorización de cultivos controlados autorizados por el Ministerio de Salud.

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