“Es necesario actualizar el tipo de cambio a los valores reales”


El economista José Piñeiro Iñiguez (MBA de la Universidad de Harvard) habló en “Aire de Sábado”, por la FM 89.3 de las Misiones y se refirió a los agrodólares perdidos por la brecha cambiaria no conveniente para el campo. También se refirió al complicado estado de la ANSeS sin una reforma y al casi inevitable ajuste que se viene de la mano del acuerdo con en Fondo Monetario.

 

¿Por qué no llegan los agrodólares?

El gobierno no tiene una política de estímulo hacia el agro para que la gente pueda trabajar libremente en el campo, que el único sector que hoy puede generar dólares genuinos en el país. Actualmente estamos con precios récord de la soja, trigo y maíz y sería un momento ideal que el gobierno tome medidas para no perder esta oportunidad de negocio mundial que también sería un beneficio para las economías regionales.

 

¿Hay dos realidades?

Durante la pandemia, que va a seguir en los próximos meses, la economía se estancó tremendamente. La industria metalmecánica en las provincias de Córdoba, Santa Fe y norte de Buenos Aires tienen ventas comprometidas hasta mayo del 2021.

Esto significa que hay dos Argentinas: una que transita la penuria extrema y la otra que piensa en incorporar inversiones y dólares con la compra de maquinarias, herramientas e insumos agropecuarios para sus ventas. Por eso es importante que los gobiernos comprendan que las fábricas sin techo están en el campo, el lugar donde se puede generar la explosión de dólares que la Argentina necesita inyectar en la economía.

 

Los costos son muy altos

Este año no va a ser bueno para el campo por la extrema sequía, pero, por el otro lado, la pérdida será moderada por la suba de los precios internacionales de los granos. Hoy debemos aprovechar la proteína vegetal sobrante (maíz y soja) para transformarla en proteína animal para poder vender la carne que tiene un mercado amplísimo para generar aún más dólares de los que hoy genera.

Pero, para que esto ocurra, el productor tiene que tener una variable como el tipo de cambio más justa. A pesar de estar dispuesto a pagar altos tributos, el campo pide algo a cambio para no tener que salir a sembrar a pérdida. Con un dólar oficial de 84 pesos, al exportador hoy le queda $56 mientras que el dólar blue está rozando los 160 pesos y los insumos están valuados en un dólar de casi 120 pesos. Es un panorama complicado para el agro y muchas veces los productores van a pérdidas.

 

¿El tipo de cambio es el problema?

Hoy estamos seguros que se tiene que acortar la brecha cambiaria del 110% en los distintos tipos de dólares. Es imposible seguir viviendo de esta manera. Por ejemplo, para el campo la brecha cambiaria llega al 180%. Y este achicamiento de la brecha no se puede hacer por decreto, sino que se hace por reacomodamiento de los mercados financieros.

Para que la economía reciba oxígeno, es necesario actualizar el tipo de cambio oficial a valores más reales de mercado. Esta actualización del nuevo tipo de cambio seguramente va a llegar de la mano del próximo acuerdo con el Fondo.

 

¿Cuánto falta para acordar con el Fondo?

Estamos más cerca o más lejos en función de qué queremos hacer con la economía el próximo año. Las reuniones avanzaron mucho. El Fondo quiere salir del problema llamado Argentina y estaría dispuesto a dar otro tipo de financiación y anular la que tiene hoy.

Se analiza un programa nuevo, a tres años y donde la Argentina necesitará modificar la tasa de interés real, achicar al 3,5% su déficit fiscal que subió casi al 8% como consecuencia de la pandemia. Pero el punto central del acuerdo pasará por el achicamiento de la brecha cambiaria con la modificación del tipo de cambio oficial a valores viables para la economía.

 

¿Y si no esto no pasa?

Si esto no pasa el país volverá a pasar por tasas de interés extremadamente positivas para que el peso no migre al dólar y esto sería un componente recesivo sobre la recesión que hoy ya existe. Por el contrario, si la tasa de interés fuera en 2021 más laxa, podríamos tener una inflación incontrolable con un dólar por la nubes. El componente ideal sería baja del gasto, suba de tasas de interés al punto de modificar la brecha cambiaria para que estos puedan interactuar. Es decir, ni el dólar demasiado bajo ni alto; ni la tasa demasiado baja ni alta.

 

¿Es posible una ayuda del Fondo?

El país siempre necesita fondos frescos. Por eso, en la negociación con el Fondo, Argentina está dispuesta a dar determinadas concesiones a cambio de dólares frescos para incrementar las reservas del Banco Central.

El Fondo tendría para desembolsar en el país entre de U$3.000 y U$5.000 millones que los dibujaría como fondos del COVID-19. Pero, para recibir este oxígeno necesario de fondos el FMI le va a exigir al país el achique de la brecha cambiaria, un déficit fiscal bajo, una tasa de interés pautada y firmar la renegociación del nuevo plan.

Estos fondos frescos tampoco van a ser la panacea para la Argentina, pero quizás la hagan sobrevivir hasta marzo de 2021 que es cuando comienzan a ingresar dólares del agro. Claro, estas liquidaciones se van a producir si obviamente a los productores les conviene el tipo de cambio. De lo contrario, el ingreso de agrodólares va a ser a cuentagotas.

 

¿El acuerdo nos traería alivio?
No. El endeudamiento argentino es crónico. Es estructural y lleva muchos años porque se gasta más de lo que ingresa. Es la forma en que la Argentina optó para tener una economía viable. Una cuenta en pesos altamente dificitaria sin control.

El Fondo pide un 3,5%, pero para que la economía Argentina sea viable su déficit debería ser del 2% y como máximo 2,5% y también tener un superávit en dólares. Argentina, como país exportador, debería tener una cuenta corriente en dólares que le permita un superávit necesario para poder cubrir el déficit en pesos. Si esto no ocurre debo cubrirme con endeudamiento local en moneda local.

 

¿Bonos locales en dólares?

Hoy los capitalistas ya no quieren más los bonos en pesos que emite el ministerio de Economía y para poder ganarle a la inflación futura, que va a ser alta en los próximos meses, quieren bonos ajustados al dólar o al Índice de Precios al Consumidor (CER).

Economía está obligado a emitir endeudamiento sobre la deuda que va venciendo en otros tipos de ajustes, por lo cual el país comienza a tener problemas hacia el futuro bastante marcada. Si este financiamiento con los bonos nuevos no se encuentra tan fácil, esos pesos que irían al endeudamiento del gobierno van a migrar al dólar con lo cual tendríamos una nueva estampida en el billete verde. Hoy el dólar está calmo porque los inversores colocan sus pesos a dólares ajustados en el corto plazo y después analizarán hacia dónde migran.

Pero si este juego se sigue manteniendo en el tiempo cada vez va a ser más difícil para el gobierno obtener pesos dentro del país para financiar excesos de endeudamiento. Entonces, el ajuste que ocurrirá es cuestión de tiempo. Será en enero o marzo y estará regulado en este caso por el Fondo.

 

¿Queda algo en la caja del ANSeS?

Esto va de la mano de lo anterior. ¿Quién es el mayor colocador inversor en pesos a los bonos que emite el ministerio de Economía hoy? Precisamente son los organismos del Estado y dentro de ellos está la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSeS). Del endeudamiento que se va emitiendo semana a semana, el 80% es calzado por organismos estatales, especialmente el ANSeS. Hasta ahora el organismo previsional estaba financiando bonos en pesos con tasas de interés fija, pero con una inflación en alza y un dólar indomable es una inversión que va a ser negativa para el futuro. Seguramente la ANSeS va a exigir al Gobierno bonos actualizados por CER (que vayan acompañados de la cláusula de ajuste de la inflación más una tasa de interés).

 

¿Hay plata para los jubilados?

En el futuro la masa de dinero disponible de la ANSeS va a estar complicada por varias razones. Primero porque el sistema jubilatorio necesita una reforma en función de cantidad de años y servicios y segundo porque cuando los gobiernos se van quedando sin fondos le piden al organismo para financiarse más rápidamente.

La ANSeS no negocia la tasa de interés en el cual el Estado se los coloca, simplemente entrega el bono a los gobiernos y ellos se quedan con el dinero y después veremos en el futuro. Entonces, si esto no se corrige va a ser un nuevo problema para la economía.

 

“La grieta en Argentina existe desde hace más de 180 años”

El libro “Civilización y Barbarie” , del educador y expresidente Domingo Faustino Sarmiento, se refiere a las dos variables en las que se maneja la Argentina. Por un lado, el argentino que ve a Europa como un modelo y por el otro el que ve a lo local, como los indios o los caudillos federales del siglo XIX, como un modelo a desarrollar en el país”, señaló Piñeiro Iñiguez.

“Ese blanco y negro fue transcurriendo con los años entre los unitarios y federales, nacionalistas y autonomistas, radicales y conservadores. La Argentina es muy propicia a transitar estos dos extremos que hoy denominamos grieta y que queremos terminarla”.

“Pero la grieta existe desde hace más de 180 años de la misma manera llamada de diferente forma. Hoy son Juntos por el Cambio y el Kirchnerismo, así como antes eran los europeos y los caudillos federales y en el medio fueron los populistas con Juan Domingo Perón y los conservadores. Siempre están los dos puntos extremos. Nunca en el medio queda la nada”, graficó el economista.

“Y en la economía pasa lo mismo. Argentina se pone del lado totalmente progresista o del lado totalmente ortodoxo liberal. Pero la economía pasa por el medio. Tengo que negociar lo que más me conviene en cada momento y sin olvidar que la Argentina tiene un solo esquema exitoso que es exportar. Y para ello hacen falta muchas cosas como trabajo y educación.

Pero, al final del día, para cerrar un negocio está el tipo de cambio con el que voy a vender mi producto para saber si va a ser rentable o no. Si no lo vendo, lo guardo hasta que vengan mejores días”.

“Este esquema tenemos que cambiar. Tener una Argentina posible que pueda soñar en resolver sus problemas de forma posible que pasan por mucho trabajo que a su vez genere el ahorro para yo tener mi propia riqueza y poder ser mi propio inversor y no depender tanto de uno de afuera que quiera invertir.

Sabiendo que, la civilización no suprime a la barbarie solo la perfecciona”, cerró Piñeiro Iñiguez.

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