“En gestión de pobreza, Macri y Fernández son casi lo mismo”


El economista José Piñeiro Iñiguez (MBA de la Universidad de Harvard) habló en “Aire de Sábado”, por la FM 89.3 de las Misiones y señaló que los políticos deberían bajar sus ambiciones políticas para que la Argentina tenga un futuro posible para la gente. Además, el especialista en economía explicó por qué la economía del país crecerá un 4% en 2021 y pronosticó una devaluación para achicar la brecha entre el dólar oficial y el blue.

 

¿En qué contexto terminamos este año?

Qué paso este año sería la pregunta correcta. Arrancamos mal y mientras analizábamos si la herencia del gobierno de Mauricio Macri era mucha o poca llegó la pandemia del coronavirus. En los primeros meses del año se dijo mucho y se hizo poco. El Gobierno no entendió hacia donde iba el mundo ni como manejar la situación económica y sanitaria.
En lo macroeconómico se sumó el largo parate de la economía producto de la pandemia y se cometió mucha mala praxis, sumado en gran parte a la herencia recibida y sus consecuencias. Hoy nos encontramos en una situación no muy alentadora en el corto plazo.
La gente ve los números fríos del INDEC y piensa que tan mal no estamos. Por ejemplo, la inflación oficial está en el orden del 3,2% y parece que no es un problema, pero cuando desagregamos la información nos encontramos que alimentos subió el 5%, construcción el 12% y los precios mayoristas rozan el 5%.
Todo esto predice una estampida inflacionaria para los próximos meses. Esto no es bueno.

 

¿Cuánto afecta la falta de una hoja de ruta?

Cuando hablamos de un dólar quieto pensamos que son buenos augurios, pero tenemos que ver que por la coyuntura se dispararon los precios de los commodities y esto hizo que los exportadores pudieran liquidar algo del stock que tienen guardado. No podemos analizar un año corriente de la economía argentina y dejar de ver el dólar en un contexto donde las multinacionales tienen el cierre anual de fin de año y venden posiciones en dólares. Esto no se puede trasladar para el 2021.
Al país le sigue faltando un plan que defina el tipo de cambio para el funcionamiento de la economía. Esto, como ya lo dijimos muchas veces antes, al día de hoy todavía no existe. Todo indica que va a haber uno, pero todavía no lo tenemos.
La economía del país funciona hoy con un atraso de tarifas muy importante y con precios congelados. Todos estos parches funcionan por poco tiempo, pero está muy lejos de ser un plan congruente para que una economía funcione.
Según una encuesta nacional, un 30% de la rama empresaria del país piensa que el 2021 viene mejor y el 70% está previendo que el año que viene será igual o peor y que las condiciones actuales de la economía del país van a empeorar los índices de pobreza, desempleo, inflación y las tasas de inversión. Este análisis empresario no es un dato menor teniendo en cuenta que el año que viene hay elecciones legislativas.

 

¿Cómo se traduce este pronóstico?

Por no ser confiable, la Argentina no tiene financiamiento externo y en 2021 el país va a tener que funcionar con el aporte del Estado y del empresariado privado. El aporte estatal es un aliciente en la economía, sobre todo en los lineamientos de la obra pública; pero en realidad son los empresarios privados los que tienen que poner el dinero para que funcione la economía a través de la inversión.
Y esto hoy no pasa porque la presión impositiva es demasiado alta, porque falta un plan económico y un contexto macroeconómico que le dé certeza y confiabilidad a la economía con un marco jurídico estable. Todo esto hace que el empresario nacional espere mejores tiempos para invertir en el país.

 

¿En economía, cuánto pesa la vacunación?

El mundo estaba previendo un crecimiento fuerte a partir de enero 2021. Ahora, producto de las nuevas cepas del coronavirus descubiertas hace dos semanas en Europa y del atraso en la vacunación en algunos países, se analiza que ese crecimiento quizás llegue con un retraso de un trimestre o más. Esto significa que la tasa de crecimiento del mundo, que era muy esperada sobre todo en los países desarrollados, va a estar un poco más demorado en el tiempo.
Esto trae aparejado que los países emergentes, como la Argentina, otra vez tengan una lentitud en el arranque de su rebote económico. Por el otro lado, cuando arranque la economía mundial traerá aparejado un fuerte incremento en todos los precios de los commodities ligados a los alimentos que beneficiarán a la economía del país.
Ahora, si no tenemos la vacuna y el virus se expande aún más vamos a estar más complicados que antes.

 

¿El desabastecimiento va a seguir en 2021?

Este análisis tiene tres puntos. El primero es que hoy hay muchas empresas del país que no tienen insumos porque son importados y no hay dólares suficientes en el Banco Central para comprarlos en el exterior. Esto hace que la economía se frene obligatoriamente y haya menos oferta. Como en 2021 la demanda interna comenzará a ser sostenida, la falta de oferta va a traer aparejado un aumento de precios, es decir inflación.
El segundo punto es que la economía viene totalmente aletargada durante un año de parate. Hoy necesita que el empresario ponga más dinero para que la tasa de inversión sea suficiente para abastecer la presión de la demanda. Pero esto no está pasando hoy porque el empresario cerró sus posiciones, pagó sus gastos y el exceso de pesos que tenía lo convirtió en dólares.
Y, nuevamente, dice yo no voy a invertir los dólares que tengo ahorrados para contingencias a este tipo de cambio. La economía del país depende de esa inversión.
Por último, el mismo problema lo tiene el inversor extranjero que genuinamente quiere invertir en la Argentina. Al traer sus dólares al país a un tipo de cambio de 88 pesos, cuando quiera sacar esos dólares invertidos los va a cambiar a 160 pesos. Así no hay proyecto viable.

 

¿Despegamos el año que viene?

El 2021 de la Argentina va a estar dado en función de que la política del triunvirato Massa-Cristina-Alberto acuerde cuál será la cuota de poder para cada uno. Si la ecuación de poder cambiara mucho, por las elecciones legislativas, y por ejemplo Massa sumara más poder del que tiene hoy, seguramente la economía del país cambiará para peor porque sería más inestable. En el medio, afuera de la película, quedan las figuras de los gobernadores, los intendentes y del sector sindical.
Se suponía que entre las ambiciones de Massa y de Cristina el más moderador era Alberto Fernández. Hoy el Presidente de la Nación pasó a ser una figura política de menor jerarquía y como no preside, el titular de la Cámara de Diputados y la vicepresidenta empezaron a mover sus fichas para tener más control y poder en el funcionamiento del Gobierno y de la integración del gabinete.

 

¿Se puede sostener el gabinete en 2021 con tanta tensión?

En el triunvirato que conduce el Gobierno hoy existe una presión interna en el manejo político entre Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Sergio Massa. Cada uno de ellos quiere poner a su elegido en el gabinete nacional, especialmente en dos puestos clave que serán importantes en el manejo de la economía hacia adelante: el Ministerio de Economía y Cancillería.
La interacción de Economía y Cancillería va a determinar un funcionamiento más homogéneo de la economía argentina para el 2021. Hoy por hoy está altamente cuestionada la tarea del canciller Felipe Solá, por el despido del Embajador argentino en China.
Solá le dijo al presidente Alberto Fernández que Luis María Kreckler fracasó en la negociación para obtener 30 millones de dosis de la vacuna china contra el COVID-19 y que se fue a una isla exclusiva alegando “licencia ecológica” por contaminación cuando desde Buenos Aires se exigía cerrar un acuerdo comercial con la empresa china Sinopharm. Kreckler es un hombre de carrera diplomática internacional, estuvo como Embajador en Brasil, Alemania y Suiza. Su rol era clave para Argentina en el país asiático.

Y este triunvirato no funciona homogéneamente como un equipo.Cada uno tiene sus ambiciones políticas personales y quiere poner a sus alfiles (o mantener en el caso del Canciller) tratando de agarrar una cuota de poder más grande.

 

¿Qué nos espera en el 2021 económicamente?

Para saber adónde vamos tenemos que saber de dónde venimos y para ello veamos los principales indicadores de la economía:

Pobreza
La Argentina no hace bien las cosas desde hace mucho tiempo atrás en cuanto a la pobreza.

En 2018 teníamos 34% de pobres, medido por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), en 2019 Mauricio Macri se fue con el 39,5% y actualmente, con el última medición del observatorio de octubre, estamos en 44% de nivel de pobreza. Todo indica que con los datos de la economía, cuando se conozca el último reporte del año de la UCA en febrero de 2021, va a estar en el 45%. La gestión de Alberto Fernández y Mauricio Macri, es casi lo mismo. En el medio tuvimos la pandemia, pero estos números dicen que algo no funciona bien en la macroeconomía.

El año que viene habrá un crecimiento del país y esto va dar que la pobreza en diciembre de 2021 va a rondar el 40%. Es un montón, pero menos de lo que había este año.

 

Producto Bruto Interno

El PBI con Macri cayó 2,5% en 2018 y 2,1% en 2019. El presidente Alberto Fernández puso esa tasa en 11,2%. Es la caída de Producto Bruto más grande la historia argentina.

El rebote de la economía en el 2021 va a estar en torno del 4,5%, a pesar de todos los problemas del país. Esta cifra va a estar dada en función de que la economía mundial va a ayudar notablemente con el aumento del precio de los commodities, especialmente la soja que tiene hoy un precio récord para los últimos 20 años de U$465.

 

Desempleo

Con respecto al desempleo en el año 2019 estábamos en el 10,4% y era mucho. La medición de octubre pasado refleja un 13% y seguramente el año cerrará con 14%. Esta cifra está tomada con pinza porque hay mucha gente que perdió el trabajo y que por la pandemia ni lo buscó.

Extraoficialmente la gente que no tiene trabajo en el país sería entre el 18 y el 20%.

Esto es terrible y probablemente sea lo primero que se revierta en 2021 si la economía arranca y los niveles de inversión aumentan. Posiblemente el 2021 finalice con una tasa de desempleo del 13%.

 

Inflación

En la inflación ya nos acostumbramos en un número que no es el mejor para ningún país del mundo. Sólo los países periféricos tienen cifras tan altas. En 2019 Mauricio Macri cerró el año con 52% de inflación y a octubre de este año tenemos una tasa de inflación anualizada del 36% y seguramente el año cerrará cerca del 40%.

Para el año que viene se estima una inflación del 45% producto de la inflación retenida durante este año (atraso de tarifas, precios congelados, inflación atrasada de los mayoristas y falta de inversión).

La Argentina tiene una inflación hacia adelante creciente. La tasa de inversión, que va de la mano de los niveles de inflación, cerró el año 2019 con una tasa del 17%, que es muy baja y deberíamos estar al menos en el mínimo del 25%, que es el breakeven (punto de equilibrio) de la economía.

Por los meses que la economía estuvo parada, producto de la pandemia, al día de hoy tenemos una tasa sólo del 12% y posiblemente cerremos el año en esa cifra.

También influye la falta de confianza de los empresarios. Por el cierre de la economía por la pandemia, tampoco se renovó ni amortizó los bienes de capital que las empresas tenían paradas. Todo esto va a traer consecuencias en los próximos años. Igualmente, la tasa de inversión del 2021 estará en orden del 25%.

 

Tipo de cambio

El tipo de cambio es el factor que determinará si el país crecerá más rápido o menos rápido o mucho o poco. Cuando Mauricio Macri se fue, en 2019, la tasa dólar/peso era de 78 pesos y en diciembre de 2020 este valor está en 160 pesos.

En un año, con la economía parada, se convalidó una devaluación de más del 100% como si nada. Esto se llama desconfianza. Las personas apostaron a tener un activo que no fuera el peso argentino, cuando este activo pudo haber sido sólo invertir en ladrillos, por ejemplo.

Si esta tasa de devaluación del 100% se mantiene en el tiempo estamos en el horno. Si no se achica la brecha entre el dólar oficial y el blue, que hoy está en el 90%, también estamos en el horno.

Entonces, no tenemos que mirar sólo cuánto es el valor del dólar sino el número a seguir va a ser el de la brecha cambiaria. Estimo que en el 2021 la brecha va a estar en torno al 40%, que sería lo más lógico. Lo que va a pasar el año que viene es que se va a modificar para arriba el dólar oficial. Estimo que en diciembre de 2021 el dólar blue va a estar en 180 pesos. Nunca es bueno devaluar, pero sí es bueno que la economía funcione. El tipo de cambio actual en el país de 88 pesos no es bajo, pero no es el valor suficiente para que convalide en funcionamiento de la economía.

Por esta brecha, el exportador necesita hoy otro tipo de cambio para poder liquidar sus productos a un precio conveniente. Justamente, uno de los pedidos del Fondo Monetario para cerrar un acuerdo con el país es que el tipo de cambio crezca en el tiempo para que la brecha se vaya acortando.

La entrada “En gestión de pobreza, Macri y Fernández son casi lo mismo” se publicó primero en Primera Edición.

Fuente