El Paraná, ante su bajante más pronunciada y larga de la historia


MUY PROLONGADA. Desde marzo la situación es gravísima y “no sé cuándo va a terminar”, advirtió Borús.

Después de varios meses de pronunciada sequía en toda la cuenca hídrica que rodea a Misiones, “estamos contando las gotas y poniendo velas para que llueva donde tiene que llover”, graficó el ingeniero Juan Borús, subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA).

En diálogo con el programa “Primera Plana” que se emite por la FM 89.3 Santa María de las Misiones, Borús adelantó que en los próximos días, con las lluvias pronosticadas para estas horas, “Misiones y el Este de Paraguay se podrían ver beneficiada y eventualmente podría llegar a aportar algo a la cuenca media-baja del (río) Iguazú y a la cuenca alta del Uruguay, que es la zona más afectada” por el faltante de agua.

 

El aporte de Itaipú

En cuanto al posible efecto de la apertura parcial de compuertas de la represa paraguaya-brasileña de Itaipú a partir de esta semana y hasta fin de mes, para ayudar a “alimentar” un río Paraná que está bajo mínimos, el especialista explicó que desde mediados de marzo hay un diálogo muy estrecho entre los tres países a nivel técnico y eso permitió que en aquel momento se hiciera una descarga adicional desde el embalse de Río Santiago (Brasil) que mejoró temporariamente la situación del río Iguazú en Cataratas (cuando éstas quedaron casi “secas”) y posteriormente se dialogó mucho con respecto a Itaipú, que en ese momento “largaba lo que le entraba, es decir, no podía ayudar porque sencillamente no había más agua, el caudal estaba muy acotado”.

Sin embargo, “el acuerdo que se logra en esta oportunidad permite una descarga adicional que permite mejorar el tramo misionero-paraguayo pero también para facilitar la navegación a partir de Yacyretá en Corrientes. Obviamente, como correlato, ese volumen que se descarga mejora también las condiciones de las tomas de agua”.

 

Replanteos

En cualquier caso, después del 29 de mayo, cuando en principio concluye el acuerdo de contribución de Itaipú, “todo va a depender de nuevo de estas lluvias que se deben producir en los próximos tres o cuatro días. Aunque ya pasó en dos ocasiones este año que parecía que se venía el agua pero no llegó a llover en los lugares donde debía hacerlo”, aclaró Borús.

“La incertidumbre es grande precisamente porque la variabilidad climática en los últimos años ha demostrado que es indomable: es muy difícil pronosticar sobre el clima regional más allá de cuatro meses. Entonces hay que definir escenarios posibles, uno favorable, otro desfavorable y otro de media, y a partir de cada uno de ellos ver qué hacer”, explicó el especialista.

 

“Los extremos serán lo común”

“El río Iguazú hace tiempo que viene así y está en una sexta parte de su caudal normal, y en la parte del río Uruguay que toca a Misiones y entra por El Soberbio, el Pepirí, Alba Posse, etcétera, el caudal está entre un 20 y un 25 por ciento de lo que debería tener actualmente en condiciones normales”, describió el ingeniero Juan Borús.

Admitió que “no sé cuándo va a terminar esta situación”, pero cuando lo haga, esta bajante “va a ser motivo de estudios muy específicos desde la meteorología, la hidrología, la fauna íctica, cuestiones ambientales”, aseguró, porque “si buscamos hacia atrás en el tiempo una bajante tan grande como esta, nos encontramos una con visos muy parecidos en 1971; pero en los meses de abril y mayo, nunca en la historia registrada tuvimos nada similar. Y no sólo le ‘ganó’ a todo lo que hubo antes, sino que la persistencia que está teniendo es realmente extraordinaria”.

Además, “esta situación se va a prolongar, pero más allá de que no se prolongue, aun en el caso de que en septiembre por ejemplo vuelva todo a la normalidad, nadie nos puede asegurar que de aquí a uno o dos años no volvamos a tener una situación gravísima como esta. Acostumbrémonos a que, hacia adelante, los extremos van a ser lo común, lo que vamos a tener que trabajar”, alertó Borús.

“Así como en 2009 tuvimos un primer semestre con muy poca agua y un segundo semestre de inundación, no me sorprendería que en los próximos años vuelva a ocurrir en un sentido o en el otro, de poco a mucho o de mucho a poco. Y para eso hay que estar preparados en todos los sentidos”, aconsejó.

La entrada El Paraná, ante su bajante más pronunciada y larga de la historia se publicó primero en Primera Edición.

Fuente