ACEPTACIÓN. El reencuentro con la familia trae conflictos y beneficios.
Y es que según la especialista, los más grandes “están acostumbrados a otro ritmo laboral y la pandemia obligó al reencuentro de la familia con todo lo que eso implica”.
Asimismo, dijo que “al no haber una estructura conocida de cómo vivir el día al día en aislamiento y en la casa, se hizo muy difícil marcar los límites”, explicó y agregó que “esto se vio más afectado por el exceso de los dispositivos electrónicos”.
Mucha tarea
Otro de los excesos tuvo que ver con las tareas que mandan los colegios. “La mayoría de los chicos, incluso con la ayuda de los padres, no pueden terminar la tarea programada para ese día, y se va acumulando y esto desencadena estrés, frustración y angustia, porque es mucha la cantidad de contenido que tienen que hacer”, sostuvo.
Es por ello, que para Castillo “es mucha la presión”, tanto para los niños como para los adultos ya que “hay que recordar que en la mayoría de las familias hay más de un hijo, y los padres o tutores se tienen que ajustar a diferentes tareas de distintos niveles educativos”, expuso.
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