“Si no se arregla, se pasa a vivir de contado”


El Ministerio de Economía intentó diferenciar la situación ayer y manifestó que el país cayó en un “soft default”, un concepto que el economista y exvicepresidente del Citibank, José Piñeiro Iñiguez, descartó al afirmar que “esto es como estar embarazada. No estás un poquito, estás embarazada”.

En diálogo con el programa “Primera Plana” que se emite por la 89.3 Santa María de las Misiones, el también máster en negocios en Harvard opinó que a la Casa Rosada le faltó “pericia” a la hora de demostrar la sostenibilidad de una deuda externa de 66.300 millones de dólares.

José Piñeiro Iñiguez, economista y exvicepresidente del Citibank

Criticó que, al momento de negociar, Economía no le mostró a los bonistas “cuánto le ingresa, cuánto gasta y qué excedente va a tener al momento de poder pagar compromisos con el exterior”.

“El presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, se cansaron de decir ‘queremos pagar la deuda de una manera sostenible’; pero ese sostenible tiene que ser demostrable y eso se logra en función de un flujo de fondos”, aclaró Piñeiro Iñiguez.

Concretamente cargó contra el Ministro de Economía: “Creo que no tiene experiencia en la administración pública, le faltó pericia”, dijo al cuestionar el rol de Martín Guzmán en la negociación con los bonistas para “acomodar la deuda en función del flujo de fondos”.

Justamente, el titular del Palacio de Hacienda anunció este viernes que se realizarán cambios en la oferta en los próximos días para tentar una fuerte adhesión por parte de los bonistas.

“La presentación del pago de la deuda estaba mal estructurada, ningún acreedor va a aceptar cobrar menos de lo que le corresponde”, destacó al respecto Piñeiro Iñiguez. Y recordó que “entre diciembre y enero Argentina tenía un horizonte de negociación de deuda casi automática con unas condiciones muy ventajosas”.

Señaló además que “la Argentina no tiene un plan. No sabemos lo que podemos gastar. No tenemos control de la caja diaria. Tenemos un montón de medidas no relacionadas entre sí. Por eso las idas y vueltas en cada punto en términos económicos”.

Al pronosticar “el mejor escenario” para la renegociación con los bonistas, deslizó que “en quince días esta deuda estará refinanciada y nuevamente vigente (carrent)”.

A su entender, si ocurre lo contrario, “a la Argentina se le cerrarían todas las fuentes de financiamiento para nuevos préstamos y para el comercio exterior y pasaría a vivir de contado”.

“Argentina no tiene dólares para vivir de contado y la situación se pondría más difícil para los insumos importados”, señaló.

Según pronosticó, “se va a aceptar la contrapropuesta de los bonistas. El precio del bono a valor presente va a ir a un valor totalmente razonable y va a tener una estructura de pago medianamente razonable para Argentina”.

Posteriormente agregó que “Argentina tendrá nuevamente una renegociación de su deuda en tres años, cuando empiece a pagar el compromiso que va a firmar en unas semana”.

 

Panorama

Sobre la fragilidad que la economía presenta hoy en el marco de la crisis económica internacional dijo que “localmente hoy la Argentina está sumamente golpeada. Si no se arregla la deuda es impensable que el país pueda vivir con lo propio el resto de sus días”.

“Si el país no logra un acuerdo con los acreedores, existen cláusulas que suman riesgo a esta estrategia. La primera de ellas es el ‘cross default’: cuando un bono no se paga en tiempo y forma, los acreedores asumen que el resto de los títulos están en la misma situación y esto empeoraría la situación”, destacó.

“Si este default no tuviera un arreglo en las próximas dos semanas, entrarían las cláusulas gatillo. Todos los acreedores se podrían presentar solidariamente a reclamar el monto total de su deuda y no sólo los 503 millones de dólares que no se pagaron”, explicó Piñeiro Iñiguez.

Para llevar adelante un canje voluntario, la Casa Rosada necesita la adhesión del 75% de los tenedores, que por la cláusula de acción colectiva permite extender un canje en caso de acuerdo a la totalidad de los acreedores, incluso a los que hayan rechazado la propuesta.

Concretamente el “cross default” habilita, por medio de la cláusula de aceleración, solicitar la cancelación inmediata de todo el capital y los intereses.

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