“El próximo año no va a ser tan malo para el oficialismo”


El economista José Piñeiro Iñiguez (MBA de la Universidad de Harvard) habló en “Aire de Sábado”, por la FM 89.3 de las Misiones y volvió a reclamar que a la economía argentina le falta una hoja de ruta, analizó el discurso de Cristina Kirchner donde mandó a “buscar otro laburo” a los ministros y legisladores oficialistas que “tengan miedo”. Analizó las legislativas del 2021 y adelantó qué le va a pedir el Fondo a la Argentina.

 

¿Quién maneja la economía en Argentina?

La economía se mueve dentro de un contexto político y el tema central es quién la dirige y cómo la dirige para poder tener éxito en algún tipo de plan o medida económica hacia adelante.

Hoy el mayor problema que tiene la economía de la Argentina es el acuerdo o desacuerdo político no con la oposición sino dentro del mismo gobierno.

En este año de gestión del Frente de Todos vimos que tenemos un presidente que no preside y a funcionarios que no funcionan.

Esta característica del Gobierno no puede perdurar en el tiempo.

Alberto Fernández, que cumple la función de gerenciamiento en el Poder Ejecutivo, no responde con la característica fundamental de un management porque no tiene el manejo del proceso en este movimiento continuo que es la economía. Justamente, el problema de la Argentina es que carece de tener un proceso.

 

¿Entonces falla el gerente del país?

Cualquier empresa, chica o grande, se maneja con un manual de procedimiento que se denomina proceso. También es la forma que tiene un gobierno, un sector o una gerencia para proceder en distintas situaciones que puedan ocurrir.

El país tuvo muchos imponderables este año, desde el manejo de la deuda externa hasta la pandemia, y era necesario confeccionar una hoja de ruta para saber qué hacer con las reservas en el Banco Central, con el crecimiento económico, con el endeudamiento con los organismos internacionales de créditos.

También nos enfrentamos a la salida del default, a saber cuál va a ser el tipo de cambio, el nivel de producción, a definir qué expectativas tenemos para la gente, cómo atacamos la pobreza y si vamos a tener una pauta de crecimiento cumplible, entre otras incógnitas que la Argentina tiene para gerenciar.

Para que ese gerenciamiento sea ordenado se necesita un proceso del presidente que preside y de sus ministros y funcionarios que tienen que funcionar. Pero sabemos que esto no funciona.

Hacia esto que describimos anteriormente apunta el discurso de Cristina Kirchner del viernes cuando dice que tenemos ministros y legisladores que no están funcionando y no están alineados al pensamiento político del Gobierno.

 

¿El discurso de Cristina fue un mensaje a Massa?

Obviamente. Fue un mensaje en cabeza del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y de ahí para abajo.

Fue un claro mensaje hacia los propios y no hacia la oposición.

A esta fuerza política propia que se tiene que encolumnar en función de una estrategia o un plan de este partido político para seguir gobernando para ir de manera ordenada hacia el gran desafío de las elecciones del 2021.

A pesar de todo, el próximo año electoral no va a ser tan malo para el oficialismo. Pensemos que la oposición, es decir Juntos por el Cambio, debería sacar el 52% de los votos para estar en el mismo lugar donde está hoy, mientras que el oficialismo, es decir el Frente de Todos, debería sacar el 35% de los votos para estar en el mismo lugar donde está actualmente. Esto significa que hoy Alberto Fernández o Cristina Kirchner tienen mucho más para ganar que para perder en las legislativas del año 2021.

 

¿Cómo se definirá la lista de diputados?

El problema del oficialismo es la interna dentro del Frente de Todos para determinar quiénes la componen. Quiénes son los propios de Cristina Kirchner, quiénes son los propios de Alberto Fernández y quiénes son los propios de Sergio Massa.

La gobernabilidad para adelante va a estar determinada por la cantidad de legisladores que pueda aportar cada uno de estos tres actores. Hoy la ambición política de Sergio Massa está directamente atada a como le vaya en las elecciones legislativas ya que su visión es cortoplacista y no puede esperar a ciclos posteriores que son los que remplazarán al presidente Alberto Fernández.

Esta interna política en el peronismo va a generar muchos movimientos en el partido gobernante.

 

¿Esta tensión cuánto puede afectar a la economía?

Como la política va de la mano de la economía, esta interna en el Frente de Todos es peligrosa en función de un año que debería ser de crecimiento del país.

Sin embargo, esperemos que no embarulle las muchas cosas que hay que hacer en el rumbo económico para que Argentina realmente tenga un gran año de crecimiento en el 2021.

Hay que tener en cuenta el viento de cola que viene en ayuda del país como es el precio de los commodities (materias primas), teniendo en cuenta que la Argentina es un país agroexportador y su economía depende fundamentalmente del resultado positivo del agro.

Hoy el precio de los bienes primarios (soja, maíz y trigo) está del lado de la Argentina y está ayudando enormemente en este tiempo a que se mantenga cierta tranquilidad en los niveles de algunas cosas que le preocupa mucho a la gente como el precio del dólar.

Por ejemplo, la divisa en el mercado paralelo se mantiene en cierta calma cerca de los 150 pesos luego de tocar niveles cercanos a los 200 pesos en octubre.

 

¿Cuánto puede durar este viento de cola?

Este viento favorable para el país puede durar un semestre porque el mundo entero está esperando la llegada de la vacuna contra el coronavirus para tener un 2021 más normal y poder encaminarse hacia un crecimiento sostenido, ya mirando el año 2022.

La principal demanda de cualquier crecimiento sostenido es el alimento y dentro de los alimentos los más solicitados en los mercados internacionales son los commodities básicos como la soja, el trigo, el maíz, la avena y la carne; que son todos alimentos que produce la Argentina.

El problema es que los niveles de producción de alimentos no se pueden ajustar de un año para otro como si fuera una fábrica.

Por ejemplo, lo que depende del suelo necesita una programación a mucho más largo plazo.

La Argentina da la casualidad que tiene una cosecha en proceso sembrada en octubre y una cosecha no liquidada producto del problema con el tipo de cambio.

Si estos precios actuales de las materias primas son sostenidos en el tiempo la Argentina va a tener una liquidación de divisas también sostenida, que por su mercado cambiario tan bajo, las variables se mantendrían un poco más estables de las esperadas.

 

¿El 2020 termina sin cuerdo con el FMI?

Sí. El acuerdo con el Fondo Monetario va a estar seguramente en el primer trimestre del 2021 y va a pasar por dos ejes fundamentales: el tipo de cambio y el ajuste fiscal.

Para lo primero, el Fondo evalúa pedirle a la Argentina dos tipos de cambio, uno comercial y el otro financiero.

Y para lo segundo, el FMI le pedirá al país un ajuste fiscal más light aplicado en dos años para poder darle un respiro político y financiero más largo al Poder Ejecutivo para que se pueda manejar con más soltura.

 

¿Hay acuerdo político en el Gobierno para ajustar?

El Fondo está elaborando un plan para presentarle a la Argentina para su aprobación que incluye un ajuste fiscal.
Pero el problema más complicado va a ser lograr la aprobación interna dentro del peronismo del plan del Fondo, más que la aprobación de la Argentina al plan del FMI. El peronismo seguramente lo va a digerir con mucho conflicto interno, como siempre.

Pero, no va a ser tan problemático como el tema de los bonistas porque no hay mucho nivel de negociación con el organismo multilateral de crédito y las cosas que va a pedir son fundamentalmente lógicas.

 

¿Cómo sería el nuevo tipo de cambio?

El tipo de cambio es la solución para el problema de la Argentina, más allá de la manera que se elija para resolverlo.

Con dos tipos de cambio, uno financiero y otro comercial, se apunta a tener un tipo de cambio real muy alto que ayude al país a lograr la recaudación de fondos externos proveniente de las ventas de las exportaciones.

Y el ajuste fiscal que pide el Fondo es algo que Argentina necesita. No puede seguir con déficit de casi el 8% que tiene hoy en tiempos de pandemia y debe llevarlo a valores más lógicos cercanos al 3,5% en el transcurso de dos años.

 

¿Se puede crecer pagando deuda?

Hasta que Argentina no muestre datos económicos creíbles no va a haber endeudamiento externo.

Además, aún falta acordar con el Fondo Monetario para poder llegar a un financiamiento privado o público externo sostenible.

También hay que tener cuidado con el endeudamiento a tasas del 16% en dólares que hoy está tomando el Gobierno.

Esto significa que un inversor extranjero que está en pesos en la Argentina está canjeando sus bonos en pesos por bonos en dólares a una tasa del 16%.

Esto, que en principio parece un buen negocio, no lo es tanto. Ese señor que se lleva un bono en dólares en el momento que agarró sus 100 dólares nominales y sale a la calle vale U$39.

Esto te señala la desconfianza en el peso que existe porque está migrando a un instrumento en dólares que sabe que de 100 sólo vale 39 por más que tenga una tasa del 16% de interés.

Ese inversor piensa: “Me tengo que quedar con el bono de Argentina hasta el vencimiento para poder recuperar mis 100 dólares y cobrar la tasa de interés”, que es abultada por cierto.

Este tipo de endeudamiento, que hoy parece milagroso por parte del Ministerio de Economía, va a ser riesgoso si se torna un proceso habitual porque vamos a adquirir una hipoteca en dólares que algún ministro, que tal vez no sea Martín Guzmán, u otro gobierno, que tal vez no sea el de Alberto Fernández, va a tener que renegociar al momento del vencimiento porque va a ser imposible su pago.

 

¿Es un problema similar a las Leliq?

Sí, es algo similar pero con otros procesos y tiempos. En el mercado financiero se llama maturity (vencimiento), te da otro aire. Las Leliq vencían en un tiempo entre 20 y 30 días y ahora estás hablando de años.

La Argentina va a tener que estar totalmente saneada al momento del vencimiento de estos bonos para que el acreedor vuelva a renovar esto a una tasa mucho más conveniente.

Sino, en ese momento nos vamos a encontrar con una renegociación con los acreedores como ya tuvimos a principio de este año, previo a la pandemia.

 

“Duhalde debería llamarse a silencio porque hace daño”

“Eduardo Duhalde debería llamarse a silencio porque no puede decir que al presidente Alberto Fernández ‘le gusta que lo maltraten’, le hace daño al Gobierno”, señaló José Piñeiro Iñiguez.

Para el economista de Harvard, “así como los presidentes en función, que deberían hablar poco y hacer mucho, los expresidentes deberían guardarse a recato, sobre todo los que pasaron desde el inicio de la democracia hasta acá porque sus gobiernos no han sido del todo exitosos”.

Para el máster en economía, “las palabras posgobierno de Duhalde le hacen mucho daño a este gobierno, o a cualquier otro. Pero sobre todo a este gobierno porque son del propio peronismo”.

“Cuando Cristina Kirchner le pide a todos aquellos que tengan miedo o que no se animan, hay otras ocupaciones además de ser ministro, ministra, legislador o legisladora, vayan a buscar otro laburo la vicepresidenta apunta a contener las ambiciones de algunos que están adentro y a tratar de cercar las ambiciones que puedan tener otros que están afuera”, dijo Piñeiro Iñiguez.

“Necesitamos gente que los sillones que ocupan sea para defender definitivamente los intereses del pueblo, también dijo la vicepresidenta de la Nación el viernes al participar junto al presidente, Alberto Fernández, y al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof de un acto a un año de gestión del mandatario bonaerense.

Para el economista, “la declaración de Cristina no es tan grave. Sólo busca ajustar la maquinaria y que las ambiciones políticas sean un poco más contenidas para que el Presidente presida y que los funcionarios funcionen. También busca contener las ambiciones de Sergio Massa para que espere su oportunidad en los tiempos electorales ya que el camino no es haciendo política interna dentro del propio partido político que integra”.

Finalmente, el economista dijo que “Duhalde, más allá de tener razón o no, le hace daño a la credibilidad del Gobierno en un momento que lo único que necesita es ser creíble y no lo es ante la población”.

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