“Existen pacientes que a un año del COVID-19 no recuperan el olfato”


ANOSMIA. En algunos casos, se requiere tratamiento médico.

En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la médica otorrinolaringóloga y presidenta de Asociación Red Olfato Argentina & Smell Training (AROAST), Ana Cofre, confirmó que hay pacientes que presentan pérdida del olfato inclusive un año después de haber padecido COVID-19 y consultan después de llevar tanto tiempo con mala calidad de vida y con mucha angustia, “con pérdida del apetito que los llevó a perder peso y también los predispone a otras enfermedades por déficit nutricionales”.

Según indicó Cofre “la interacción del olfato y gusto nos permite tener el sabor de las comidas, el sabor está dado en un 80% por lo que olfateamos y el 20% restante por los gustos que percibimos a través de nuestra boca. Por ello, siempre la pérdida del sabor va de la mano con la pérdida del olfato”, remarcó.

Indicó además que a mayor pérdida del olfato, mayor pérdida del sabor, en algunos casos “el paciente sabe que está comiendo algo dulce o salado, percibe la textura, pero no percibe o siente el deleite… no puede diferenciar un durazno de una manzana”.

No sólo no se perciben los sabores como algo placentero sino que también se pueden manifestar alteraciones en las percepciones de los sabores, especialmente con los alimentos ricos en proteínas. No obstante, la especialista señaló que “el hecho de que se perciban sabores feos o distorsionados significa que se están recuperando las fibras del nervio gracias a la capacidad de regenerarse de las neuronas bipolares”.

Cofre se refirió además al único tratamiento que, hasta el momento, está validado en estos pacientes “el entrenamiento olfativo multisensorial, en el que se trata de darle al sujeto que trabaje con estímulos simples como el café o el humo e imágenes y colores para rehabilitar el olfato. También se pueden utilizar algunos medicamentos coadyuvantes, yo indico mucho un antioxidante, pero eso depende de la condición que presente el paciente”.

La médica desaconsejó el uso de sustancias trigeminales (como aspirar eucaliptus, azufre, lavandina, acetona, quitaesmalte, vinagre o alcohol) “porque eso ayuda a bloquear más la función olfatoria porque estimulan el nervio trigémino”.

Por el contrario, para el entrenamiento indicó aromas puros como el café de filtro, de la yerba mate, del orégano, del laurel, el humo del fósforo recién apagado, limón o esencia de vainilla.

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