La piel tiene memoria: controlarnos regularmente puede salvarnos


INCREMENTO. Se registraron más casos en las últimas tres décadas, mayormente en países industrializados.

“El melanoma es un tipo de cáncer de piel que es muy agresivo, pero si hacemos hincapié en la prevención y en un diagnóstico temprano, cambia totalmente el pronóstico porque podemos modificar la alta mortalidad que puede llegar a tener este tipo de patologías”, aseguró a FM 89.3 Santa María de las Misiones la médica cirujana general y oncóloga, María Gabriela Vega.

Hay que tener en claro que hay distintos tipos de lesiones en la piel. Una de ellas son los lunares que “son muy frecuentes en la piel pero deben ser examinados y estar atentos a si aparecen nuevos o si los que ya teníamos modificaron su tamaño, color o forma”, explicó y agregó que “eso es quizás la principal herramienta para detectar un melanoma a tiempo”. Por eso, Vega destacó que la consulta dermatológica anual es fundamental:

“Así como se hacen controles de mamas o próstata anuales, es necesario hacernos regularmente un chequeo de la piel; sobre todo las personas con cabellos y ojos claros, y con la piel muy blanca, ya que tienen mayor predisposición a este tipo de patologías”, aseguró.

Cabe destacar que los pacientes con leucemias, linfomas, trasplantes de órganos, infección por VIH o cualquier otra situación de inmunosupresión patológica o provocada por medicación también tienen mayor riesgo de padecer un melanoma.

 

Los rayos UV, ¿influyen?

Según la médica especialista, “hay una íntima relación del melanoma y la exposición solar porque el sol, así como tiene muchos beneficios también requiere de ciertos cuidados, hay que tenerle respeto”, refirió y aclaró que “la suma de episodios de quemaduras solares tiene influencia en la presencia del melanoma, sobre todo cuando estos episodios se dan cuando uno es niño o adolescente”.

En este sentido, dijo que al exponernos a los rayos ultravioleta (UV), “es clave que prestemos atención a los índices de rayos UV, que lo dan todos los días en el pronóstico, pero es un dato al que no le damos relevancia”.

Este índice, se trata de una escala que “nos permite saber cuáles son las incidencias de los rayos ese día, en ese lugar”, contó y agregó que “si nosotros sabemos eso, podemos tomar algunas medidas para cuidarnos”.

Al respecto, explicó que “los niveles mayores a seis significa que podemos exponernos al sol pero siempre y cuando tomemos los recaudos correspondientes y, cuando superan los diez, es porque directamente no hay que estar al sol”, y agregó que “en nuestra zona, el índice ultra violeta suele ser alto por lo que hay que acostumbrarse a utilizar protector solar porque inclusive cuando está nublado, el sol quema e incluso puede ser más intenso”.

Por otra parte, Vega también alertó contra el uso de las camas solares: “También son peligrosas porque generan rayos que tienen una alta intensidad y, si se exponen antes de los 20 años, las personas tienen más riesgo de tener melanomas”, expuso.

 

Antecedentes familiares

Según la especialista, cerca del 10% de los casos tienen alguna relación familiar. Sin embargo, “no suele darse tanto por factores genéticos, sino más bien porque, por lo general, los que viven en un mismo espacio y tienen melanoma es porque están expuestos a las mismas condiciones climáticas que sus familiares”, explicó y agregó que “en cuanto a la incidencia de la edad y el sexo, se considera que en las mujeres hasta los cincuenta años es más habitual”.

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