El director de la Escuela Municipal de Guardavidas de esta ciudad, Sergio Balatorre, explicó sobre la necesidad de aprender a nadar, porque ello resulta una herramienta fundamental para desenvolverse en el agua en situaciones en las que puede estar en juego la vida.
En diálogo con el programa “El Aire de las Misiones”, que se emite por la 89.3 FM Santa María de las Misiones, Balatorre indicó que “hasta los cinco años uno no puede aprender una técnica de crol competitiva, clásica, pero sí aprender a no asustarse cuando el cuerpo o la cara entran en contacto con el agua. El famoso nado ‘a perrito’ se puede aprender a los 3, 4 o 5 años y sirve para no asustarse cuando la corriente te lleva, se traga agua o hay algún problema, eso ayuda a mantenerse flotando, llegar a la orilla o ponerse a resguardo”.
Balatorre es profesor de educación física y posee una amplia experiencia en actividades acuáticas, como competidor y también como entrenador y docente.
Remarcó que “el ‘estilo perrito’ es de supervivencia y es el que primero se aprende. Lo más importante es no agarrarle miedo al agua desde pequeño. Yo enseño natación para adultos y veo que a una persona que le tiene miedo al agua es muy difícil enseñarle a nadar, en cambio a un niño que está ambientado al agua, zambulle, va y viene, en diez clases ya puede aprender a nadar”.
Consultado sobre si representa alguna ventaja que las madres lleven a sus bebés de pocos días a zambullirse e iniciar el contacto con la natación, aclaró que “la macronatación sirve más como estimulación temprana que como aprendizaje de la natación. El bebé que nada, motrizmente se desarrolla mejor, puede aprender a caminar más pronto o a andar en bicicleta gracias a esa estimulación temprana. Es súper recomendable esa experiencia”, opinó.
Al plantearle la situación de que un joven puede ser más audaz en el agua por el hecho de saber nadar, por no tener miedo, Balatorre apuntó que “sí, la audacia está en el niño y en el adolescente. Pero cuando se enseña a nadar hay que enseñar no sólo los movimientos, sino todo el comportamiento y manejo que tiene que tener una persona en el agua”.
“Yo enseño natación en una escuela y doy sólo dos técnicas, que son aplicadas al mantenimiento de la salud y a la seguridad. Primero, no poner en riesgo la vida en el agua; y segundo, los efectos terapéuticos sumamente importantes que tiene la natación. Cuando uno enseña a nadar también debe enseñar los límites y precauciones que hay que tener en el agua cuando me estoy por ahogar o si otra persona se está ahogando”, remarcó.
Flotación horizontal
Luego dijo que “lo primero que se enseña es que de manera horizontal el cuerpo flota y en vertical se hunde. Vale hacer la experiencia en una pileta: traten de ir al fondo y el agua los flota. Una persona que se ahoga es por el esfuerzo que hace en posición vertical para salir a la superficie, el tremendo esfuerzo para apoyarse en el agua. Las personas que no tuvieron una ambientación en el agua quieren ponerse en posición vertical para tener seguridad, porque de forma horizontal pierden referencia. Por instinto la gente se pone de posición vertical y se hunde”, explicó.
Balatorre señaló que “un niño que no tenga miedo al agua, que no haya pasado por ninguna experiencia traumática de tragar agua o casi ahogarse, en diez o doce clases en una escuelita de verano ya puede aprender a desenvolverse libremente en el agua. Pasados cinco o seis años y que tenga una buena ambientación en el agua, puede aprender en doce clases un estilo crol”.
“Posadas tiene una oferta importante de verano y piletas climatizadas para aprender durante todo el año. Oberá y Puerto Rico solamente tienen piletas climatizadas y academias de natación. El resto de la provincia no tiene”, enumeró.
Reivindicación
Finalmente, Balatorre destacó su intención de “reivindicar la enseñanza de la natación en los arroyos y en el río que se usaba mucho antes” y agregó que “los municipios deberían animarse a promover la enseñanza de la natación de verano en arroyos de Misiones entonces de esa forma podríamos llegar a que más porcentaje de la población nade por cuestiones de seguridad y también que más porcentaje de la población sepa nadar por cuestiones terapéuticas”
“En Misiones lo único de lo que uno puede estar seguro es que vayan donde vayan nuestros hijos va a haber agua y sabemos que los adolescentes son audaces y transgreden y se miden constantemente, entonces aquí en Misiones yo considero que todo padre que quiera dejar un legado seguro a su hijo debe mandarlo a nadar a los 6 o 7 años a más tardar”, advirtió.
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