“Los mapas de la pobreza muestran que van de la mano con los estragos ecológicos”


DESOLADOR. Las imágenes recogidas en amplias extensiones de territorio misionero muestran un triste paisaje. (Foto gentileza Rulo Bregagnolo)

El más reciente informe de la IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) de la UNU afirma: “En Argentina, los mapas de la pobreza y la contaminación coinciden” y ante ese panorama el abogado ambientalista Lucas Micheloud reclamó una “urgente atención de la problemática”.

“Venimos impulsando fuertemente esta idea de arraigar la justicia social con justicia ambiental”, fueron las expresiones de Micheloud en una extensa charla con FM 89.3 Santa María de las Misiones, donde reclamó “un espacio en la agenda de la carrera electoral para hablar del tema”.

En la provincia, el panorama todavía no es tan desalentador, con el 58% su Selva Paranaense conservada, según datos oficiales proporcionados por la Fundación Vida Silvestre, que confirmó una disminución de la deforestación.

“No quita que se encuentra entre los bosques más amenazados del mundo y que se necesitan políticas focalizadas”, apunta el informe no obstante (Ver abajo).

Consultado por PRIMERA EDICIÓN, el ministro de Ecología de la provincia, Mario Vialey, dijo en consonancia que “es súper necesario para Misiones que se avance con normativas nacionales tendientes a incentivar la protección de sus bienes ambientales y por ello necesitamos diputados que lleguen con esa misión a ocupar bancos en el Congreso”, enfatizó sobre la carrera legislativa.

“Los candidatos (de la renovación) tienen en su plataforma electoral proyectos de leyes para que Misiones pueda recibir mayores recursos financieros que motive a los productores y propietarios de bosques nativos a conservarlos. Hoy la motivación económica está más inclinada hacia quien planta soja, por ejemplo u otros monocultivos; eso se tiene que revertir y quien conserva tiene que ser incentivado por esas políticas y condiciones”, enfatizó.

Con respecto a cómo está la provincia en su camino conservacionista, Vialey se mostró conforme con el “franco crecimiento que existe”, aseguró.

“En agosto del 2020 teníamos 30 reservas privadas con una superficie de 14.770 hectáreas. En agosto de este año llegamos a 39, es decir nueve más que suman 1.839 hectáreas haciendo un total de 16.609 hectáreas”, se alegró.

Y dijo: “Este año vence la habilitación que tienen las reservas y tengo entendido que los propietarios que están en esa situación ya están haciendo el pedido de reconocimiento automático para poder continuar incluidas como tales. Eso es muy bueno. Si hubieran leyes nacionales que lo incentiven serían muchas más”, vaticinó.

En cuanto a la consulta por las partidas presupuestarias para aplicar políticas de control y de protección ambiental, el ministro también fue optimista con los números:

“El presupuesto para Ecología en 2022 es de 866.220 millones, prevé un aumento de casi el 25% y gran parte de él estará destinado a control y vigilancia con respecto al ecosistema. En los sectores de guardaparques, guardabosques y guarda fauna. En los tres sectores tenemos control y vigilancia porque se hace un fuerte trabajo en las reservas naturales protegidas de Estado y privados, los segundos están en el resto de la provincia controlando y supervisando, en cuanto a los últimos es un tema complejo que nos ha llevado a intensificar controles”, apuntó.

Destrucción del ambiente

“Estoy convencido que la destrucción del ambiente genera pobreza (los capitalistas lo ven al revés). Y la devastación se da por la ausencia o bien, por las malas políticas ambientales, que responden a intereses de otra escala o políticos para beneficiar como siempre a unos pocos”. En esos términos el ambientalista y también dedicado a la fotografía ambiental, Rulo Bregagnolo, trazó su opinión sobre la situación ambiental en la Zona Centro de Misiones de donde tomó impactantes imágenes.

“La deforestación se hace para monocultivar en general en superficies grandes, o cultivar en pequeñas o por el avance de la urbanización, debido al crecimiento poblacional. Pero fundamentalmente este fenómeno se da por la falta de claridad, la desidia y falta de compromiso social en las Agendas Políticas de los distintos gobiernos, que son más exclamativas que activas”.

“La expansión monocultivadora hasta la de la ganadería, la destrucción de humedales, montañas, del avance en el mar para exploraciones o al fondo de la tierra marcan la desmedida ambición en desmedro de la población. Ejemplos sobran”, afirmó el militante conservacionista.

“Fusión”

En cuanto al rol del Estado para intervenir y frenar la contaminación, Lucas Micheloud aseguró que en muchos casos, no hace nada sino que “hay una clara fusión entre mercado, Estado y empresa en los proyectos fuertemente extractivistas, por ejemplo el agronegocio, los monocultivos que requieren cada vez extensiones de superficie que hace necesario incendiar para reforestar y donde al mismo tiempo utilizan miles de millones kilolitros de agrotóxicos”.

“En este caso es un modelo que está concentrado en riqueza a partir de la tenencia de la tierra y acá el Estado nacional autoriza las actividades de las empresas con escasos controles; en la cuestión del agronegocio todo se corresponde con exportaciones de commodities a distintas latitudes del mundo a cambio de un ingreso al Estado de las denominadas retenciones”.

Y remarcó: “Esto termina siendo una clara fusión que existe entre el Estado, el mercado y las empresas, pero también lo observamos en otras situaciones cuando, por ejemplo se dan proyectos extractivistas en grandes centros urbanos donde están los últimos espacios verdes o si son frentes de las riberas y que son privatizados. Espacios verdes que terminan siendo grandes sumideros en las ciudades se terminan haciendo emplazamientos de grandes torres, por ejemplo en Buenos Aires que tiene un fuerte perfil extractivista, o lo denominado extractivismo urbano”.

 

“En Misiones bajó la deforestación”

En Misiones, única provincia argentina donde está presente la Selva Paranaense, existían originalmente unos 2,57 millones de hectáreas de estos bosques. Pero estudios desarrollados por la FVSA indican que la superficie remanente en la actualidad es de aproximadamente 1,49 millones de hectáreas, lo que implica un 58% de la superficie original.

“Esta situación hace a la provincia de Misiones la responsable de la conservación de más del 50% de la superficie remanente de estos bosques globalmente amenazados”, expresó el coordinador de Vida Silvestre, Manuel Jaramillo.

“Afortunadamente, la superficie deforestada anualmente logró disminuirse desde 18.800 hectáreas por año en el período 1989-2004 (datos de Guerrero Borges 2007), a 6.700 ha/año para el período 2004-2010 (Milkovic 2012)”, citó al referirse al retroceso en la deforestación.

Diferentes factores aportaron a este escenario. Según Jaramillo, entre ellos se encuentra “la sanción de la Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección Ambiental de los Bosques Nativos, la crisis económica internacional o el propio efecto de la menor disponibilidad de tierras aptas para el desmonte y el cultivo pueden haber influido en la disminución de la deforestación en este período”, dijo en su informe.

No obstante, Lucas Micheloud fue un poco más allá de la crítica hacia la ampliación de la marginalidad social existente, cuyas consecuencias no sólo son la pobreza sino, “la actual pandemia de claros orígenes zoonóticos que provienen, entre otras razones del confinamiento de la fauna que ya no tiene o tienen muy pocos espacios naturales para los desplazamientos”.

“Ello favorece los contactos entre los hombres y los animales, principalmente los animales silvestres, y por otro lado, proyectos que están orientados a la producción y cría intensiva en megas granjas que utilizan un sinnúmero de antibióticos que no solamente sirven para controlar las enfermedades zoonóticas, porque los animales están deprimidos en los confinamientos, sino que también todo el paquete de medicamentos termina corriéndose en las cuencas de las vertientes”.

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