No tener en condiciones el sistema lumínico de las motos causa la mayor siniestralidad


MAYOR EXPOSICIÓN. Azzato puso énfasis en el caso de los moto delivery para advertir el riesgo que corren en el tránsito.

“El principal peligro es el mantenimiento de la motocicleta que no es solamente tener el motor en orden o la cadena lubricada y tensa”, advirtió Franco Azzato, coordinador Técnico de la Fundación Gonzalo Rodríguez del Uruguay que llegó a esta ciudad para capacitar a instructores de educación vial sobre el uso de los vehículos menores.

La entidad lleva más de dos décadas de trabajo en diferentes países en fortalecimiento de la seguridad vial.

En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN, el especialistas agregó que ese mantenimiento “es tan simple como tener el sistema lumínico funcionando. Esta es una de las mayores causas que hacen que los motociclistas se siniestren. La incapacidad de ser vistos”.

Azzato agregó que “eso lo vemos mucho en los moto delivery, en personas que pasan mucho tiempo arriba de la moto. Al tener esa necesidad de no parar nunca, la moto está mal mantenida, con luces quemadas y por las noches son invisibles. Ese es el mantenimiento más importante que, en seguridad vial, implica en verse y ser visto”.

 

Más vulnerables

Para Azzato, “la moto en materia de seguridad vial es uno de los actores comprendidos como vulnerables en el tránsito. Existe ese dicho de que en la moto, el paragolpes es uno, no como en el auto. Además de no tener un chasis, es un vehículo de poco volumen y no es fácilmente visible, muchas veces se mete en los puntos ciegos. Entonces, esa vulnerabilidad es incorrectamente utilizada a favor: haciendo zig zag entre el tránsito por tener un menor volumen. Eso incrementa el peligro”.

 

Mayor exposición cuantas más horas se pasa arriba de la moto

Al ser consultado si debe ponerse un mayor énfasis en quienes trabajan con una moto por sobre los que la utilizan para un traslado más breve, Azzato sostuvo que “hay que enseñarles a todos por igual, todos deben tener el mismo conocimiento, pero más intensivamente con quienes utilizan la moto para trabajar porque son más vulnerables en el tránsito”.

Concluyó que “es una cuestión de exposición al riesgo. Si yo, por ejemplo, manejo mi moto 10 minutos al día tengo cierta probabilidad de chocar pero estoy expuesto a ello 10 minutos al día. Pero, si yo trabajo 8 horas al día, tal vez tenga la misma probabilidad de choque que quien lo hace durante 10 minutos pero estoy más expuesto, tendré una probabilidad durante mucho más tiempo”.

El coordinador Técnico de la Fundación Gonzalo Rodriguez agregó en ese sentido que “por eso hay que trabajar en los recursos en materia de conocimiento más fuerte para que esas personas manejen de manera más segura, teniendo en cuenta la naturaleza de esos trabajos. Sabemos que esos trabajos se basan mayormente en propinas, que es una invitación clara a hacerla la mayor cantidad de pedidos en el menor tiempo posible. Es una invitación natural a no respetar las reglas de tránsito, a tener el vehículo mal mantenido y tenemos que hacerles entender que está en juego la vida. Nada se compara con la vida y debemos trabajar en cuidarla”.

 

Uso del casco, aspecto positivo

Azatto explicó que “cuando vamos por las distintas regiones de Argentina, nos encontramos con diferencias muy marcadas según la región. El tema de la siniestralidad, en Latinoamérica, el factor más importante la tienen las motos. Con estos cursos intentamos capacitar a los instructores de la mejor materia de conocimiento teórico-práctico para aprovechar el efecto replicador de ellos. Por las aulas pasan miles y miles de personas”.

Y destacó que “una cosa positiva que vimos en Misiones, comparado con otras provincias, es la tasa del uso de cascos que es muy buena, por lo menos en Posadas”.

 

“Manejar una bici no es lo mismo que hacerlo con una motocicleta”

Durante la charla con FM de las Misiones, Franco Azzato se refirió a las inquietudes que más plantean los capacitados en cada localidad que visitan.

“Son diferentes según la región pero también las hay comunes, como las medulares en la conducción de motocicletas. Existe el concepto que la motocicleta es la evolución de la bicicleta, como que si sabes andar en bicicleta automáticamente saber andar en moto. Y eso no es tan así. En línea recta puede ser parecido, pero frenar una motocicleta no es nada fácil”, advirtió.

Recordó para ampliar el problema que se presenta, que “en el auto apretamos el pedal del medio y no sabemos muy bien qué pasa pero el auto se acciona y frena. La moto tiene dos frenos (uno delantero y otro trasero) que se accionan de manera independiente. Tienen distinta potencia de frenado y causa que el freno delantero sea difícil de usar. Los motociclistas lo usan una vez, tienen un problema porque la moto se les frena casi automáticamente, suelen caer al piso o llevarse un susto grande. Ello conlleva como resultado que nunca más tocan el freno delantero. ¿Qué están perdiendo ahí? La distancia de frenado, porque frenan a una distancia mucho más larga porque no utilizan bien los frenos”.

“Es un mal común de los motociclistas latinoamericanos por desconocer la técnica. En los cursos enseñamos bien la técnica del frenado”, aseguró Azzato.

Respecto de las conductas de conductores de vehículos más grandes y su convivencia con los motociclistas, el representante de la Fundación Gonzalo Rodriguez dijo que “muchas veces no se logra instaurar una correcta percepción del riesgo en los motociclistas, pero no por ponerlos como los victimarios. Muchas veces somos un poco egocéntricos y solamente pensamos en llegar nosotros a un lugar sin importarnos los demás. Es un tema social de percepción de riesgo y de respetar los lugares que le corresponden a cada actor del tránsito”.

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