Afirman que por la pérdida de derechos “estamos viviendo un ‘apartheid’ etario”


INALCANZABLE. La última medición indicó que la canasta básica de los adultos mayores llegó a los $75.505.

 

En los últimos 12 meses la canasta básica de los adultos mayores o jubilados y pensionados aumentó un 52%, impulsada por la suba de precios, especialmente de los remedios, productos de farmacia, alimentos y gastos de viviendas.

Según la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, que presenta la evolución de los cálculos dos veces por año, la última medición indicó que la canasta básica de los adultos mayores llegó a los $75.505. Cabe recordar que en octubre del año pasado era de $49.614 y en abril de este año ascendía a $64.039.

En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Eugenio Semino, defensor de la Tercera Edad, aclaró que “el cálculo se hace semestralmente y está relacionado con la vida del adulto en grandes centros urbanos. La medición es sobre Ciudad de Buenos Aires, conurbano bonaerense, Rosario, Córdoba y Mendoza, porque son los lugares donde más población añosa hay”.

“En la última medición superó los $75.000, aclarando que la canasta incluye gastos de vivienda”, informó y añadió: “Con respecto a los haberes mínimos hay mucha diferencia, prácticamente se cobra un tercio de la canasta porque recordemos que los 4 millones y medio de jubilados que perciben la mínima cobraron $25.900 y la media está entre $35.000 y $40.000. Es muy complicada la vida del jubilado”.

 

Medicamentos y alimentos

En el mismo sentido remarcó que “en el caso de la canasta del jubilado hay ciertos rubros que tuvieron una evolución de precios mucho mayor al 50%. Por ejemplo, en medicamentos, desde agosto del año pasado al mismo mes del 2021, el aumento fue del 73%, o sea 22 puntos sobre la inflación a nivel general”.

“Si bien hay remedios para 2 millones de jubilados de uso habitual que se adquieren a cero pesos a través de PAMI, hay que recordar que no son todos los medicamentos, y además hay 5 millones de jubilados que no tienen este beneficio”, apuntó y completó: “En paralelo están fuera de los descuentos, todo lo que tiene que ver con elementos e insumos de farmacia que incluso aumentaron más que el propio medicamento y están entre el 100% y el 150% de suba anual”.

Semino también sostuvo que “otro rubro que tiene mucho impacto es el relacionado con los alimentos y sobre todo con el consumo de alimentos hiposódico e hipocalóricos que en la gran mayoría de los casos necesita la dieta del adulto mayor”.

 

Vivienda y haberes

Por otro lado, el Defensor de la Tercera Edad expresó: “En los gastos de vivienda está incluido el alquiler, lo que tiene que ver con el mantenimiento y lo que hace al rubro de las pensiones, algo muy utilizado por los adultos mayores en las grandes ciudades y en el Sur argentino”.

“Las pensiones en la mayoría de los casos son verdaderas pocilgas, lugares no aptos para que viva un adulto mayor y se está pagando no menos de $15.000 a $20.000 por mes”, cuestionó.

Mientras que en relación al nivel de aumento de los haberes que perciben los jubilados subrayó que “el único incremento que hubo en el mes de octubre fue de $318 por variación del salario mínimo, vital y móvil, ya que el haber jubilatorio estaba por debajo de ese salario y se hizo ese pequeño ajuste que no es nada más que algo técnico”.

ESCASO. “Nadie puede suponer que con 25 mil pesos se puede subsistir en Argentina”.

Desinterés político

Dentro del complejo panorama que enfrentan los adultos mayores a nivel nacional, Semino comentó que “el 1 de octubre la Organización Panamericana de la Salud ratificó la iniciación de la década sobre el envejecimiento saludable y esto ha sido una recomendación a los Estados que evidentemente en Argentina no tuvo ningún tipo de repercusión”.

“Estamos viviendo un verdadero ‘apartheid’ etario. Se mantiene la pérdida de los derechos del adulto mayor”, advirtió y agregó que “nadie puede suponer que con 25 mil pesos se puede subsistir en Argentina, con lo cual el adulto mayor sigue trabajando hasta que su salud le permite. O después de haber aportado toda una vida, el Estado que no le garantizó preservar esos aportes de 30 años, le ofrece alguna dádiva como algún bolsón de comida que no tiene nada que ver ni con el derecho ni con su dignidad”.

Planteó que “los últimos tres años y medio el poder adquisitivo del jubilado cayó el 50%, incluso con medidas y leyes bastante nuevas”.

Por ello, sostuvo que “hay una resignación del poder político nacional respecto a que es un sector no atendido, excluido, porque incluso en la campaña electoral la problemática de los jubilados es un tema que no se menciona. Los esfuerzos de los candidatos se enfocaron en la juventud”.

 

Tercer aumento durante el 2021

En septiembre se activó la fórmula de movilidad con que se actualizan las jubilaciones, pensiones, asignaciones y el salario familiar, lo que implicó un 12,39% de incremento para todos los pagos que efectúa ANSeS, o un 4,3% en términos reales, en relación a noviembre de 2019, con la inflación proyectada en base a los datos del Banco Central.

La próxima actualización está prevista para el mes de diciembre, pero el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, aseguró en declaraciones radiales que “los jubilados no perderán (frente a la inflación)”, gracias al “instrumento de precisión” con el que cuenta el Ejecutivo nacional: los bonos.

La Ley de Movilidad 26.417 establece que los haberes se ajustan de forma trimestral con una fórmula que combina en partes iguales los recursos con destino a la ANSeS y la evolución de los salarios de los trabajadores estables, y esta última es la que debería adecuarse al aumento del salario mínimo, vital y móvil.

Así, con el aumento del salario, en octubre y noviembre, quienes se jubilaron con 30 años de aportes efectivos o más, tendrán un aumento de $318. De esta manera, el haber mínimo de octubre y noviembre escala a $25.922.

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