No hay dudas de que la serie “El juego del calamar” se convirtió en uno de los mayores éxitos en la historia de la plataforma Netflix. Sin embargo, por sus mensajes violentos recomendaron ser cautos a la hora de consumir este tipo de contenido, principalmente a los más pequeños.
“El principal mensaje que da la serie, es que el fin justifica los medios. El juego legitima la violencia porque la permite con tal de lograr un objetivo”, dijo a FM 89.3 Santa María de las Misiones, la licenciada en psicopedagogía especializada en infanto-juveniles, Cecilia Castillo. Alienta también a la competencia con el otro: “Si no ganás, te morís. El error no está permitido porque cualquier equivocación puede terminar con tu vida”, explicó.
Por otro lado, “muestra que todos los problemas se pueden solucionar por la vía rápida, como si ganar la lotería o, en este caso, participando de este juego, te resuelve la vida”.
No exponer a los niños
Por todo esto, Castillo recomendó evitar que los más pequeños miren esta serie. Incluso, aconsejó “tratar de no conversar en la mesa familiar sobre el tema, porque eso les genera más curiosidad y a la vez, dificulta que puedan separar la ficción de la vida real”.
En este contexto, apuntó contra las redes: “uno de los juegos más populares en niños de entre seis a once años incorporó a uno de los juegos de la serie, con la diferencia de que sus participantes no mueren. Pero igualmente este tipo de cosas, más las conversaciones que escuchan de su familia o amigos, más las publicidades o los memes relacionados, alientan su curiosidad”.
Abrir el debate
Aunque se pueda prohibir que los más pequeños miren cierto tipo de contenidos, la situación cambia en preadolescentes y adolescentes. “Por más que a un chico de 11 o 12 años les digas que no pueden mirar la serie, la van a mirar. Por un lado, porque desde esa edad ya tienen una iniciativa de querer transgredir los límites de los padres y, por el otro, porque les llama la atención. Ven las imágenes y noticias en todos lados”, dijo.
Por eso, “creo que, a partir de esa edad, en lugar de prohibir, los papás tienen que tener un diálogo con los chicos. La sugerencia, es que les propongan ver la serie en familia y al finalizar, hablar sobre lo que vieron, escucharlos… Hay que ser flexibles y no tan autoritarios”, recomendó.
Y siguió: “hay que aprovechar la serie para sacar temas de conversación que son actuales y muy importantes en la educación de los jóvenes. Hablar de la competencia, el cuidado del cuerpo, el juego como forma de dirimir problemas de la vida, lo que significa la vida humana y otros”.
Y aunque Castillo habló del diálogo flexible, aclaró que “la charla siempre debe ser desde el rol de padre a hijo y no como amigos”.
Acerca de su impacto
La especialista destacó que el impacto depende de cada chico. “Es importante conocer qué capacidad de interpretación hace cada uno de la realidad y la fantasía. No sólo depende de la edad, sino también de la particularidad de cada uno. Por eso hago mucho hincapié en el acompañamiento familiar”.
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