IRREMPLAZABLE. El riñón requiere agua pura para eliminar toxinas, este líquido no es reemplazable por jugos o gaseosas.
Sólo en Misiones, hay 82 personas en la lista de espera para recibir un trasplante de riñón. Muchos más pacientes de la provincia deben dializarse en forma periódica porque sufren enfermedad renal crónica, una patología que generalmente se manifiesta a través de síntomas cuando ya está muy avanzada. De ahí la importancia de conocer cómo se puede prevenir esta enfermedad y cada cuánto debemos hacer controles.
Sobre todos estos temas, ayer, en el marco del Día Mundial del Riñón, el médico nefrólogo del Servicio de Nefrología y de trasplante renal del Hospital Madariaga, Lucas Jakimczuk, habló con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN.
“El riñón cumple muchas funciones, no solamente eliminar las toxinas a través de la orina, también cumple una función hormonal en el manejo de la presión arterial, además es fundamental para la producción de los glóbulos rojos y evitar la anemia”, precisó el profesional.
Remarcó la importancia de tomar agua “para mantenernos bien hidratados, en población sana hablamos de dos litros o dos litros y medio de agua diarios, pero nosotros que vivimos en una zona muy calurosa donde perdemos mucho líquido por el calor y la transpiración, es ideal que tomemos de dos litros y medio a tres”.
Consumo crónico de analgésicos
Recordó que lo que hace mal al corazón, hace mal al riñón, por lo que las medidas de prevención son muy similares: controlar el azúcar si la persona tiene riesgo de diabetes, un buen control de la presión arterial, bajo consumo de sal, no fumar y no automedicarse. El especialista señaló que el consumo crónico de medicamentos puede dañar la función renal y alertó que “incluso medicación muy común como los analgésicos, el ibuprofeno o el diclofenac, pueden provocar daños renales cuando el consumo es crónico”.
Según explicó Jakimczuk, “los riñones recién muestran síntomas cuando la enfermedad está bastante avanzada y eso es un gran problema, por eso tenemos que ir más allá y buscar los factores de riesgo”.
El control del riñón para los pacientes con factores de riesgo, sobre todo los diabéticos e hipertensos, debe hacerse cada tres a seis meses. Este control se realiza con laboratorio de sangre y orina. También se recomienda que las personas con antecedentes familiares de enfermedad en los riñones se haga un control cada seis meses. En tanto, la población general debe hacerse un control anual a partir de los 55 años.
Síntomas de alarma
Según explicó el especialista, algunos de los síntomas que pueden aparecer cuando el riñón no está funcionando bien son “retención de líquidos e hinchazón de piernas y tobillos, falta de atención, malestar ante la ingesta de algunos alimentos, baja cantidad de orina; los dolores sólo se registran cuando hay una obstrucción en la salida de la orina y no por la enfermedad renal crónica”.
Alimentación
También la alimentación juega un rol muy importante debido a que un hábito alimentario saludable evita un daño en el riñón y evita la progresión de aquellas personas que tienen enfermo sus riñones.
“La alimentación no es sólo lo que comemos si no también lo que tomamos y como hidratamos nuestro cuerpo: ¿por qué es tan importante tomar agua pura? Porque el riñón necesita del agua para formar la orina y a través de ella eliminar los productos desechos de nuestro organismo que no queden acumulados y que generan en el individuo alguna u otra comorbilidad”, explicó la nutricionista Viviana Contrera, también del Servicio de Nefrología del Madariaga. Indicó además la importancia de la actividad física para evitar el sobre peso y la obesidad, “que son factores desencadenantes a largo plazo del daño renal”.
Recordó además el consumo de verduras, frutas, legumbres, cereales integrales y, en menor medida, carnes y lácteos.
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