En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, el ingeniero agrónomo Ditmar Bernardo Kurtz, responsable del INTA Corrientes, informó que de acuerdo a las estimaciones que realizaron en lo que va del año 2023 se han quemado 100.566 hectáreas en la vecina provincia, es decir que el 1,13% del territorio provincial sufrió el impacto de las llamas.
Dijo que para elaborar el informe trabajaron con imágenes satelitales que reflejaron que hasta el 20 de febrero se incendiaron 100.566 hectáreas, una cifra que si bien es impactante representa un porcentaje menor a las hectáreas que se quemaron el año pasado. Recordó que a fines de febrero del 2022 se habían quemado un millón de hectáreas, por lo cual al hacer la comparación con lo que está ocurriendo este año, “la situación es diametralmente opuesta”.
“Este año se quemó el 10% de lo que se quemó el año pasado (…) y otra diferencia importante es que este año más del 90% de lo que se quemó son humedales”, afirmó explicando que esto ocurre porque el fenómeno de La Niña hizo que en todo el noreste de Corrientes se perdiera un año de precipitaciones lo que a su vez hace que se retraigan mucho los cuerpos de agua y quede expuesta mucha vegetación seca. Por eso más del 90% de lo que se quema son zonas que normalmente tiene agua en la provincia.
“La zona que más se está quemando la conforman los departamentos de Ituzaingó , Concepción y San Miguel, son básicamente áreas de esteros. Se han quemado grandes superficies en los Esteros del Iberá, Esteros del Batel, Batelito y algo del Balengo. Ésa es la zona que más se está quemando. En el Iberá hay lugares que se están quemando hace más de un mes, no se apagan porque llueve poco y porque no hay cómo llegar para apagar el fuego”.
Respecto a cuánto tardarán los bañados y esteros en recuperarse, el ingeniero Kurtz explicó que normalmente una vez que el fuego pasa y llegan lluvias importantes la vegetación se recupera rápido. Sin embargo la realidad es dura ya que hoy la situación es delicada porque las lluvias fueron escasas durante todo el período primavera estival entonces se atrasa y dificulta la recuperación de los ambientes.
“Eso significa un problema para el ambiente en sí porque no se recuperan los ambientes naturales, pero también para la producción porque ponen menos pasto, menos alimentos a disposición de los animales vacunos, ovinos y los caballos también”.
Otro dato que llama la atención es que un tercio de lo que se quemó este año ya se había quemado el año pasado. Es una zona que seguramente rse recuperó, tuvo un determinado crecimiento de la biomasa y de la vegetación pero por las escasas precipitaciones se volvieron a secar y se volvió a prender fuego.
El titular del INTA Corrientes reiteró que en la medida que llueva el suelo se va recuperar pero no es gratis para el ambiente “porque la cantidad de carbono que se libera a la atmósfera por la combustión eso no es gratis para el ambiente, se incrementa el volumen dióxido de carbono liberado a la atmósfera.
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