Remedios para mascotas en farmacias: “Se debe tener la receta y autorización del médico veterinario para comprar”


El último martes se conoció la noticia que el Gobierno nacional oficializó la autorización para que las farmacias puedan vender medicamentos destinados a mascotas, siempre bajo la receta previamente indicada por el médico veterinario.

Así lo informó el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y la norma fue ratificada mediante el decreto 185/2023.

Para conocer de qué manera funcionará este mecanismo, en FM Santa María de las Misiones entrevistaron a Pablo Castillo, presidente del Consejo de Veterinarios de Misiones, quien brindó detalles y aportó algunas recomendaciones.

En principio, dejó en claro que este nuevo decreto básicamente viene a “poner en papel y legalizar un hábito que en los usos y costumbres se venía dando”, y aclaró que es de suma importancia la indicación profesional para adquirir el medicamento. Ahora, con este decreto que ya es oficial, “puedo ir con una receta de un veterinario a una farmacia y el farmacéutico me puede vender tranquilamente el producto”, afirmó Castillo.

Reconoció además que a menudo, cuando algún medicamento no figura en el Vademécum veterinario – es decir, que no hay un laboratorio veterinario que lo produzca-, los especialistas recurren a las farmacias de humanos.

Es normal pensar que existen medicamentos exclusivos para animales y otros para las personas, sin embargo, apuntó que esto no es tan así y “hay productos que básicamente son los mismos”.

“En lo que respecta a antibióticos puntualmente, y esto tiene que ver con lo que es la resistencia de las bacterias a los antibióticos, lo cual hemos ido propiciando los mismos médicos -tanto veterinarios como de humanos, en la medicina general-, en el caso que no haya una prescripción muy clara o un manejo racional de los antibióticos, se generan bacterias resistentes a ellos y eso ha ocurrido”, describió el presidente del Consejo de Veterinarios.

Agregó que es una de las medidas que como profesionales intentan tomar para minimizar los efectos de la resistencia antimicrobiana de las bacterias. “Algunos antibióticos se destinan únicamente para animales y otros para la medicina humana”, sin embargo, hay otros que incluso comparten el Vademécum. “El punto es que hay algunos productos que no son producidos por laboratorios veterinarios y es en esos casos cuando los especialistas debemos recurrir a los medicamentos de humanos”, explicó.

De este modo, según explicó, si el medicamento está contemplado en el Vademécum veterinario, tiene prioridad; es decir, deben indicar el que está en la veterinaria. Pero si se trata de un medicamento que aún no se produce en laboratorios de esta área y realmente son muy útiles para diversas patologías, el especialista ordena la indicación. “Así el tutor o propietario del animal tiene que ir con una receta firmada por un veterinario para que el farmacéutico le venda el producto”, este es el mecanismo correcto que debe llevarse a cabo.

 

El medicamento ¿sale más caro en la veterinaria o en la farmacia?

Consultado acerca de si varían o no los costos según el lugar donde se adquiera el producto, Pablo Castillo reconoció que depende del medicamento. “Algunos sí salen más caros en medicina veterinaria y pueden ser más baratos en medicina humanas, y a veces es al revés”.

En este sentido, reiteró que en la medida de lo posible los especialistas siempre tratan de utilizar medicamentos producidos por un laboratorio veterinario, “porque en teoría hay pruebas hechas justamente en animales, las formas de presentación varían, el tamaño de los comprimidos, la palatabilidad”. Ahora, si no está en el vademécum veterinario, recurren al área humana; éste es el criterio principal por el cual se guían los especialista en animales.

 

Evitar tomar decisiones no indicadas por el médico veterinario

Castillo hizo especial énfasis en no “automedicar” -por decirlo de algún modo- a las mascotas, porque esta decisión puede suponer un riesgo para su salud, debido a que hay medicamentos de uso habitual y común para los humanos pero de ninguna manera se recomiendan para animales, ya que pueden, incluso, causar su muerte.

“El paracetamol de un gramo -que toman las personas-, una sola dosis de eso que le demos a un gato le va a causar una insuficiencia renal mortal”, ejemplificó.

Algo similar ocurre con el ibuprofeno y el diflofenac, según explicó, que son medicamentos de uso común para los humanos pero potencialmente peligrosos para los animales.

A nivel provincial, el veterinario contó que actualmente están trabajando junto al Ministerio de Salud respecto “a la indicación de algunos medicamentos que son con recetas archivadas o que son psicotrópicos; en ese caso, la parte legal es más delicada porque justamente se trata de drogas que se consideran ‘de abuso’, entonces todavía nos tienen que dar un recetario especial para que podamos tener un mejor panorama”.

 

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