En 2008, Hernán Dobry se propuso encontrar a los soldados judíos que fueron a combatir en la guerra de las Islas Malvinas. Quería conocer sus historias pero, además, reflejar su aporte a este conflicto histórico de la Argentina con Gran Bretaña. Lo consiguió luego de 14 años, en tiempos donde los buscó por la guía telefónica impresa, por “portación de apellido”.
Sin embargo, no fue fácil conseguir los testimonios: el dolor y el trauma de la guerra llevaron a muchos a querer mantener su silencio.
Con las historias que sí fueron contadas por sus protagonistas, escribió un nuevo libro que se publicó en abril de 2023 y que será presentado el próximo viernes 2 de junio en la Comunidad Israelita de Misiones (calle San Martín 1538 de Posadas, casi Rivadavia). Será con entrada libre y gratuita.
Dobry es argentino pero está radicado en España. Es licenciado en periodismo, magíster en Relaciones y Negociaciones Internacionales y doctorando en Historia. Trabajó durante muchos años en Bloomberg y en la revista Inversor Global.
En entrevista exclusiva con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Dobry explicó que se encuentra “en una gira por el litoral que se inicia en Paraná, sigue en Resistencia y Corrientes y termina en Posadas. Luego me vuelvo a Buenos Aires y de allí a Madrid. La presentación argentina culmina en Misiones”.
Los duros testimonios compilados en “Los Soldados Judíos de Malvinas”, es la continuidad investigativa de “Los Rabinos de Malvinas”, de anterior aparición en 2012.
En el mismo, se describe el antisemitismo sufrido por estos hombres convocados al combate, donde llegaron a torturarlos verbal y hasta físicamente. La nueva obra ya fue presentada en la última Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, con presentación realizada por el destacado periodista Hugo Alconada Mon (Diario La Nación).
Esta es una parte de la charla con la radio de PRIMERA EDICIÓN, anticipo de la presentación que hará en Posadas.
¿Por qué investigar cuántos soldados judíos hubo en Malvinas y cómo la pasaron?
Viene de 11 años atrás que, si bien parecen muchos, la realidad es que fue con un trabajo interrumpido en el medio. En 2012 salió otro libro de mi autoría, “Los Rabinos de Malvinas”, y en esa época necesitaba encontrar a soldados judíos que combatieron en la guerra, para que me respondieran una pregunta que puede sonar naiff: ¿por qué necesitaban un rabino en las islas? ¿Cuánto pesa un rabino? ¿90 kilos? ¿No era mejor mandarles 90 kilos de comida o de ropa antes que un rabino, porque estaban pasando frío y hambre? Los únicos que podían responder esa pregunta eran los veteranos.
Así salí a buscar una muestra significativa que más ayudara a responder eso y me dio 24 casos que encontré en ese momento. Pero quedó una puerta abierta, porque lo que representó esa historia fue un capítulo de todo el libro.
Me pareció que, por una cuestión de memoria, del recuerdo en la sociedad, en la comunidad judía y en sus propias familias que quedara lo que ellos habían vivido, ameritaba escribir un libro contando sus historias. Decidí escribirlo pero pasaron cosas: en el medio hice mi doctorado; me mudé a España. Finalmente en abril de este año pude publicar el libro, contando en cada capítulo la historia de cada uno de ellos en primera persona, con su relato de las vivencias de la preguerra, la guerra y la posguerra de Malvinas.
¿Cómo fue la búsqueda y fue difícil ganar la confianza para que cuenten sus historias?
Sí, porque en ese momento no existía un listado de soldados judíos en Malvinas. Fue toda una tarea de “peinar” el padrón de veteranos de Malvinas, empezando por la portación de apellidos de los que podían sonar judíos, buscándolos en 2008 en una guía telefónica y llamándolos. Algunos nos explicaban que eran de una familia rusa ortodoxa y otros nos confirmaron que eran judíos. Después hicimos contacto con los centros de veteranos, preguntando si habían tenido compañeros judíos. Así empezaron a aparecer otros. En las búsquedas de Internet, nos ayudaron poniendo mi pedido de datos.
Pero hablar fue difícil: hay gente con la que llevamos 14 años de relación y nunca pudimos hablar de Malvinas. Hay gente que sobre el cierre del libro me dijo que iba a hablar, pero el día de la entrevista me llamó a la mañana para decirme que no podía hacerlo y que había pasado la noche sin dormir porque no podía hablar.
En el libro hay 39 casos de 43 que tenía en ese momento y hay cuatro que no pudieron hablar.
¿Por el dolor de revivir el momento o por lo difícil que fue la experiencia y no la quieren recordar?
Cada uno tiene su motivo, pero no lo sé porque no conozco sus historias. Tal vez algunos lograron trabajar el tema durante muchos años y lo dejaron dormido en el cajón del olvido; no quieren abrir ese cajón de vuelta. Los respeto totalmente.
A veces suena duro, con las distancias de los casos, pero hago una comparación con los sobrevivientes del Holocausto que tardaron décadas y décadas en poder contarlo. Algunos se murieron sin hablarlo. Con un estrés postraumático tan grande, es muy difícil y hay que trabajarlo con cada uno.
A mí me gusta trabajar mucho la parte humana si la hay en una guerra, los sentimientos de las personas en la guerra y cuando te ponés a escarbar un poco empieza a aflorar el dolor y deben estar preparados porque los vas a hacer zambullir en el infierno. Algunos han hablado tanto que están preparados, pero otros no. Hay algunos que ni siquiera le contaron la historia a sus familias y la contaron en el libro.
La guerra se dio en la dictadura, con múltiples violaciones a los derechos humanos. ¿Cómo fue plantearles a esos exsoldados si sufrieron bullying, discriminación, antisemitismo?
El 30% de los soldados judíos que estuvo en la guerra de Malvinas sufrió antisemitismo que va desde la tortura verbal hasta la física. En el contexto de la dictadura o el servicio militar es entendible: sufrían el maltrato de sus oficiales y suboficiales desde la colimba.
Pero me gusta hacer una salvedad: no fueron todos los oficiales o suboficiales del Ejército los que llevaron a cabo estas cuestiones, sino que fue un grupo minoritario, porque la guerra se combatió con los escasos recursos que se tenían, con una bravura y profesionalismo impresionante.
Sino pareciera que todo el Ejército fue así, no quiero meter a todos en la misma bolsa. Lo que no quiere decir que lo que hizo este grupo minoritario no haya que contarlo, que es lo que quieren algunos.
¿Cómo reaccionó la comunidad judía luego de conocerse esto?
Después de la guerra se vivió lo mismo que la comunidad en general: el olvido. Malvinas es un espejo en el que, lamentablemente, la sociedad no se quiere ver reflejada porque se ve fea.
Porque la realidad que padecieron los soldados en la posguerra fue el olvido, la ignorancia y desinterés de la sociedad. La que los metió debajo de la alfombra y no se preguntó si necesitaban algo fue la sociedad, que somos todos nosotros.
Ese mismo espejo donde no nos gusta mirarnos, nos refleja que también fuimos engañados, porque en el continente decían que íbamos ganando 3 a 0 por la radio, sin poder ver el partido. Y en la realidad, el 14 de junio leímos en el diario que perdimos 3 a 0. Sentir que fuimos engañados es difícil y por eso lo fuimos dejando en el olvido, porque nadie quiere rememorar ese engaño.
A la comunidad judía, que está muy compenetrada en la sociedad argentina, le pasó lo mismo y le pasan las mismas cosas, no se mueve de manera diferente.
Cuando en 2012 se enteraron de todo esto con mi libro, la movilización de la comunidad fue inmensa, con homenajes, reconocimientos. Y de hecho este libro lo publica la Sociedad Hebraica, que es un abrazo que le debía la comunidad a los veteranos de guerra de Malvinas.
¿Te gustaría viajar a Malvinas con los que entrevistaste?
Me encantaría, solo o con este grupo me encantaría, porque una de mis cuentas pendientes es conocer Malvinas. Lamentablemente, mientras vivía en Argentina, era imposible porque es muy caro viajar por tu cuenta. Y no estuve en ninguno de los grupos de periodistas que pudo viajar para los diferentes eventos y coberturas que se hicieron en todos estos años. Si es acompañado de veteranos, mucho mejor.
¿Algunos de los veteranos judíos volvieron a Malvinas?
Sí, sí. Varios lo hicieron. A algunos les encantaría volver pero no han tenido la posibilidad todavía. Les hice esa pregunta por último para el libro, si les gustaría volver a Malvinas, en muy poquitos casos me dijeron que no les gustaría volver.
A la mayoría de los que no habían vuelto, les pregunté para qué querían ir y la respuesta fue que querían cerrar una historia, dejar una mochila de piedras que venían cargando hace 41 años, de vuelta de donde se la llevaron.
La entrada “El 30% de los soldados judíos que estuvo en Malvinas sufrió tortura verbal o física” se publicó primero en Primera Edición.