Con temperaturas de un dígito, “mascotas pueden sufrir estrés”


Ante la proximidad del invierno y los primeros días en que hubo un pronunciado descenso de las temperaturas en toda la provincia, desde el Consejo de Veterinarios de Misiones advirtieron que no es aconsejable abrigar más de la cuenta a las mascotas aunque sí deben ser protegidas debidamente para evitar complicaciones en la salida de las mismas.

El médico veterinario, Pablo Castillo, presidente del Consejo de Veterinarios de Misiones, en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, explicó que “hay razas que están sumamente adaptadas al frío y no van a necesitar ningún tipo de ayuda como estufas para pasar las temperaturas más bajas que tenemos acá. Pero la mayoría de ellas (mascotas) inclusive aquellas que han venido del frío, no están acostumbradas a temperaturas tan bajas. Se considera que a partir de los ocho grados de temperatura ambiental o inclusive de sensación térmica, ya empiezan a tener estrés calórico y se llama estrés por frío en este caso”.

De esta forma, “empiezan a tener frío, escalofríos, a tiritar y ahí sí es recomendable abrigarlos teniendo en cuenta que no van a tener ningún tipo de problema, inclusive van a estar contentos con esa temperatura”, agregó.

Al ser consultado si hay que hacer una salvedad, a la hora de abrigar a la mascota, entre los ocho grados a la intemperie y los más de veinte que puede hacer dentro de una casa, el veterinario dijo que “el perro o gato que está acostumbrado a estar adentro, seguramente también va a sufrir muchísimo más las bajas temperaturas porque no va a estar tan adaptado. Y lo mismo que nos pasa a nosotros, los cambios bruscos de temperatura favorecen a todas las patologías respiratorias. Es algo común a los animales y a las personas, porque con el frío actúa el mismo mecanismo de defensa natural que tenemos, que es la producción de moco y una especie como de cepillo digamos que tiene nuestro epitelio, sería la piel que recubre las vías respiratorias, que va expulsando junto con el moco, bacterias, polvo, cuerpos extraños que pueden haber pasado y llegado hasta las vías respiratorias. Eso, con el mismo cambio de temperatura y el enfriamiento, se detiene o deja de actuar en forma tan eficiente, dando lugar a los resfríos o gripes”.

Castillo manifestó que tanto los animales como las personas “compartimos un montón de síntomas como la fiebre, la tos, la secreción nasal, todo eso va a estar pasando y también exacerbado o predisponiendo estos cambios bruscos de temperatura”.

En relación al tratamiento que deben recibir las mascotas que presentan los síntomas de resfríos o gripes enumerados anteriormente, dijo que “es variable, hay algunos, por ejemplo los perros, que tienen en esta época, mucho más frecuente, lo que se denomina tos de las perreras, que básicamente lo que genera es una tos seca, improductiva decimos nosotros, porque no genera la secreción, no se generan mocos, pero sí es bastante molesta, tanto para el perro como para el propietario”.

En el mismo sentido destacó que “a veces a ese tipo de tos tenemos que tratarla con antitusivos, otras veces tenemos que sumar antibióticos, expectorantes, va a depender un poco de la gravedad del cuadro, porque inclusive en algunos pocos pacientes podría evolucionar a neumonía, es decir ya una infección a nivel del pulmón y obviamente que eso es mucho más delicado y mucho más sensible el tratamiento que tenemos que dar porque eso ya pone en riesgo la vida del animal”.

El lugar adecuado

Tener casi todo el día dentro de la casa a la mascota, para el veterinario Pablo Castillo, puede resultar bueno o no “dependiendo de cómo uno lo tenga adaptado. Si vive todo el tiempo afuera y uno lo quiere meter adentro en una determinada época del año, por ahí hasta resulta contraproducente estar a ocho grados de temperatura afuera y lo metés adentro que está a veinticinco o treinta al lado de la estufa. Pero si el animal está conviviendo con nosotros, es seguro que la va a pasar mucho mejor adentro”.

Aclaró que pueden tener “las mismas complicaciones que nosotros cuando estamos en un ambiente poco ventilado, muy calefaccionado, hace que se pierda humedad del aire que se respira y eso en la mascota también genera sequedad, problemas en la mucosa respiratoria e irritación que puede también dar algún evento de tos, pero probablemente con menos frecuencia o menos visible que lo que nos pasa a nosotros”.

 

Alimentación 

Sobre la alimentación, si es recomendable cambiarla en invierno o con el frío para las mascotas, consideró que “no es necesario, todos tenemos una marca de alimentos especiales o una comida que les preparamos en forma casera y no hay por qué cambiarla. En el invierno a veces sí aumentan los requerimientos de calorías, justamente para enfrentar las bajas temperaturas, entonces a veces podríamos tener que darle un poquitito más de comida, pero no mucho más que eso, tampoco sería el doble de la ración”.

Ante la pregunta si sufren más perros o gatos el frío, Castillo opinó que “va a depender de la raza, en los gatos también tenemos algunas razas que son más de climas fríos, que tienen más tupido su pelaje y digamos en general se adapta mucho mejor al frío porque enseguida encuentra su guarida en la casa adentro y si es lo más cerca de la estufa mejor. Así que yo creo que el gato se lleva peor con el frío que el perro”.

El uso de medicamentos en los animales de compañía

Por otra parte, el presidente del Consejo de Veterinarios de Misiones, Pablo Castillo, aclaró que los medicamentos que consumen las personas y los animales no son los mismos. Por tanto, no recomiendan la automedicación de gatos o perros del hogar.

Al respecto, señaló que “si bien existen algunas drogas que compartimos, como la amoxicilina por ejemplo, que es un antibiótico de uso bastante habitual en humanos, también lo es en mascotas en problemas respiratorios”. Sin embargo, indicó que hasta en ese medicamento “varían un poco los excipientes, ellos (las mascotas) tienen un PH en el estómago, una acidez, diferente al nuestro y entonces a veces varía un poco con qué se hacen estos comprimidos o la forma de la suspensión de esos medicamentos”. Teniendo en cuenta todos estos puntos, la elaboración y el metabolismo animal, “hacen que no sean completamente iguales a los de los humanos”, explicó el veterinario.

Sin embargo, recordó que en otros tiempos “sí utilizábamos mucho de la medicina humana en aquellos medicamentos que no encontramos en el vademécum veterinario. Por ejemplo, en su momento que ya en medicina humana no se consigue más, usábamos para la tos, la codeína, que es un derivado de la morfina. Como se podía dar situaciones de abuso, no se comercializa más y esa era una droga que se utilizaba como antitusígeno para perros y que funciona muy bien. En el humano también tiene la misma acción y en su momento le indicábamos”.

A pesar de todo esto, desde el sector veterinario de Misiones señalan la importancia de acudir a los profesionales habilitados para administrar medicación a las mascotas. Por ello, existen clínicas veterinarias y recuerdan también que los fármacos deben aplicarse según cada raza, tamaño, edad y expediente médico del animal. Es así que, más allá de las recomendaciones, siempre se necesita la opinión de un médico para evitar situaciones complicadas.

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