Alicia Soroka: una valiosa mirada sobre el periodismo


Desde niña, a Alicia Soroka le fascinaba la radio y en sus juegos diarios recreaba la escena que, con el paso de los años, pasó a ser parte de su vida. Las condiciones para esa primera experiencia se dieron durante un acto del 9 de Julio mientras cursaba el último año del secundario en el colegio Mariano de Oberá, de donde es oriunda.

“En el acto público, un estudiante tenía que leer un discurso y me tocó hacerlo. Raúl Celada era una figura de la radio LT13 que estaba en ese momento, realizando la cobertura. Después, me dijo: ¿te gustaría ver?, ¿probar?, y como a mí ¡me encantaba! empecé a frecuentar la emisora, que era dirigida por el profesor Hugo Amable y que, gracias a su generosidad, pude formar parte de esa gran familia”, manifestó, durante su reciente visita al programa “Primera Plana”, que se emite por la FM 89.3 Santa María de las Misiones, donde además compartió logros, vivencias y la visión que tiene de la tecnología y la actualidad.

Contó que empezó leyendo cables, y que, al egresar del colegio, tenía dificultades económicas para seguir una carrera. Pero “estaba tentada porque tenía un trabajo que me gustaba”. Un compañero de LT 13, Miguel Gómez, que había venido a probar suerte a Canal 12, le dijo que estaban por hacer un casting, que estaban buscando a alguien para el noticiero. “Fui, probé y me quedé. Fue en 1981, en momentos que Luis ‘Lucho’ Pérez era secretario de Información Pública y Roberto Robotti, jefe de informativo, y entre los colegas, puedo citar a Guillermo Reyna Allan, Carlos Ojeda Garbett, y Miguel Gómez”, agregó.

Dijo que en todos estos años “tuve la fortuna de tener siempre a mano a gente muy sólida, de quien aprender, en quien apoyarme. No soy yo, soy la gente que está y estuvo conmigo: el que corrigió, el que acompañó, el que orientó, mis compañeros de cada mañana”.

 

“Creo que cambió mucho y me gusta la convivencia de lo ortodoxo con la novedad, pero me fascina la novedad. Me fascina la capacidad de comunicación que tiene hoy la gente, que tenemos todos. Estas personas convertidas en influencers, con una simple cuenta en Instagram, terminan siendo nuestra fuente. Esta posibilidad de mirar el mundo a través de todos y después utilizar el criterio para convertirlo en la historia o en la noticia, es maravilloso”.

Entiende que, a pesar de los años, su búsqueda continúa, “en el sentido que siempre encaro la mañana y encaro el trabajo como, bueno, a ver qué más puedo dar, qué más puedo recibir. Desde el punto de vista profesional, por momentos siento que ya hay un ciclo cumplido. Recibí un montón, y ya no sé si puedo dar en la misma cantidad, porque estoy grande, porque tengo muchos años de trabajo, porque hay gente nueva y porque también creo que es bueno retirarse a tiempo de una cena, de una discusión, de una relación de pareja, de un trabajo, de un oficio”, acotó, quien también incursionó en la política, militando para el radicalismo. “No me arrepiento para nada de ese momento. Estoy orgullosa de haberlo hecho, muy feliz de haber contribuido mínimamente. Después fue complicado porque no podés sostener una militancia política con el oficio periodístico, así que allí hubo que tomar distancia”, manifestó.

“Tengo Twitter, una cuenta de Facebook, y estoy tratando de incursionar en Instagram, pero todo demanda tiempo. De todos modos, es maravilloso lo que pasa, me parece increíble todo lo que ofrece la tecnología en términos de captación periodística, de captación informativa. Está la historia de la falsedad, que es un riesgo, pero también como nunca antes está la posibilidad de la evidencia inmediata. Eso no tiene precio. Antes te llegaba una información y para chequearla tenías que hacer un montón de llamadas telefónicas. Si eras muy exigente, chequear dos o tres veces. Hoy, a los veinte segundos aparece un video del episodio”.

Cuando apareció FM Express, un proyecto de radio alternativa por aquel momento, Raúl Sandoval –su esposo- y Miguel Barañuk, la convocaron y “corté naves: dejé la televisión y me aboqué a full a la radio”. Tanto en ésta FM como en República, “siempre trabajé con gente muy propositiva, muy apasionada por la radio. Recuerdo con cariño a Julio Bueno, que dio mucho y tuvo un rol muy importante. Y así como él, a Laureano Rodríguez, a Gustavo Añibarro, a Alejandro Batalla, gente innovadora y con mucha pila”.

 

Los costos de la profesión

Consultada sobre algún momento que quedó marcado a fuego, respondió que “la memoria es selectiva, va acomodando algunas cosas infelices en algún lugar al que no se recurre muy seguido y otras, felices, que vuelven más a menudo. Pero no hay un evento en particular. Hay períodos. Cuando vine a Posadas era muy joven y era la época del proceso militar. Empecé a trabajar en Canal 12 y estaba muy animada con el oficio, pero también era inexperta. Y en este contexto tampoco era consciente sobre qué pasaba realmente en el país y cuál era el peso del cercenamiento de las libertades. Estaba feliz por haber conseguido un trabajo a los 18 o 19 años y, probablemente, también mareada y fascinada por la cámara y por la ‘popularidad’ que la proyección de mi imagen estaba generando”.

“En mi casa la radio era el centro, en momentos que no había televisor. Quizá de ese momento que recuerdo a todos cerca de la radio, como haciendo silencio, porque era lo más importante del día, venga mi fascinación por la comunicación”, dijo, al tiempo que destacó el aliento y acompañamiento de sus padres: Isaac y Sofía, y hermanos: Carlos y María Angélica.

Soroka fue parte, por ejemplo, del programa nacional conducido por Lidia “Pinky” Satragno y “Cacho” Fontana, en marzo de 1982 y a través de Argentina Televisora Color (ATC). Se trató de Las 24 horas de las Malvinas, célebre teletón montado para recibir donaciones para los combatientes.

“Canal 12 participó y me cupo conducir algunos tramos de ese programa, viendo cómo la gente llevaba todas sus cosas al patio del canal, desde joyas, un caballo que tenía en su campo, pertenencias personales. Esa entrega colectiva a mí me sobrepasó. Probablemente, no me permitió ver lo que estaba pasando y dimensionar el conflicto de Malvinas desde el lugar correcto. Ese período para mí es como raro, insisto, porque fui parte de él y, probablemente, no del todo consciente de lo que estaba pasando. Mirando hacia atrás, analizo que, por mi rol, debía haber tenido los ojos más abiertos, debí haber tenido más madurez, y no la tuve”.

Autodidacta, aseguró que, por la actividad, no dejó cosas de lado, pero “me distancié de personas por el oficio. Porque a veces una entrevista puede ser muy buena para vos y para tu público, pero puede ser muy hiriente para alguien. Y a esas decisiones a veces hay que tomarlas, correr ese riesgo y pagar ese costo”.

En los años de profesión sufrió la exposición, la mayoría de las veces, por cuestiones políticas. “Fue cuando editorialmente estábamos ubicados acá y otro sector se sentía molesto, disgustado. Es el costo que hay que pagar por estar al frente del micrófono. No fue duro. No dejó marcas, pero fue incómodo cuando empapelaron la costanera con mi imagen, y yo pasaba por ahí con mis chicos pequeños”, expresó.

Es consciente de que este trabajo “tampoco está para cosechar rosas siempre. El Día del Periodista es una excepción. Es una exaltación de nuestra autoestima y un reconocimiento de nuestro trabajo, pero es necesario saber que no podés caerles bien a todos, que tu trabajo no siempre va a caer bien a todos, que puede que incomode, que puede que moleste. El marco es que sea hecho y dicho con respeto”.

 

Qué ofrecer a la audiencia

“¿Qué estoy haciendo al aire?”, es la pregunta que Alicia se formula todos los días. También se cuestiona “si lo que estoy ofreciendo es lo correcto y lo adecuado, porque cada vez termino con más insatisfacción desde lo profesional, observando que esta nota no la hice, esta pregunta no la formulé, esto debía haber dicho y no lo dije, y siento, justamente, que ya debo dar un paso al costado”.

Ninguno de sus hijos, siguió su camino. “Tuve la libertad y la fortuna de poder hacer lo que amo sin haber estudiado. Y mis hijos: Constanza, Cecilia y Santiago, tuvieron la fortuna de estudiar lo que querían, hacer el camino que quieren. No les dije es por acá y ni es por allá. El camino lo hacen ellos. El único punto de contacto de amor que tienen con el medio es por el lado de la música, pero no por lo periodístico”.

Aunque siempre fue autoexigente, admitió que “ahora me cuestiono más. Digo, pucha, esta entrevista tendría que haber ido por acá, tendría que haber preguntado esto y no lo hice. Es porque alguien lo puede hacer mejor y está bueno dejar ese espacio para que alguien lo haga”.

Sobre la adaptación a los cambios, a las transformaciones, la periodista confió que “me gustaría adaptarme”. Siente que este desafío es especialmente atractivo “porque cuando empezamos en radio, había pocas -en su momento estaba LT4, LT17-, después empezaron las radios alternativas y se fue multiplicando la cosa, pero de todos modos era un número acotado. Y con la televisión pasó más o menos lo mismo”.

A su entender, hoy la cuestión mediática está tan pluralizada y democratizada “que un influencer puede ser tu fuente informativa y puede tener muchos más seguidores, mucha más atención que una que tiene una radio de veinte y tantos años. Ese desafío me gusta. Esto de estar conviviendo con nuevos formatos, con nuevas formas de comunicación, con nuevos contenidos, que nos nutren a nosotros, que estamos en lo más ortodoxo, pero que también nos están como poniendo en permanente desafío, en cuanto al lenguaje, a los modos, a los temas, o a cuan larga y profunda debe ser una entrevista. A cómo hacer para seguir los tiempos de atención de los consumidores de noticias, pero sin caer en productos que sean muy livianos, muy ligeros. A cómo dar contenido, pero en un formato, más consumible”.

Confió que le gustaría “hacer muchas cosas, siempre vinculadas a lo comunicacional. Me gustan mucho las historias de la gente, las historias de vida. No solamente las historias que ofrece Misiones en el interior profundo, sino a lo mejor, las historias que hay detrás de una noticia. Me gustaría, si dejara el aire, ver la forma de seguir contando estas cosas en algún formato, de alguna manera”.

En el Día del Periodista y previo a la entrevista, Alicia Soroka fue recibida y agasajada por la Directora de la FM 89.3 Santa María de las Misiones, Marlene Wipplinger.

Fanática de sus amigas, la música, la tierra, las plantas y la huerta, en su mensaje a quienes tienen ganas de incursionar en este apasionante mundo, sugirió: “Si tenés pasión por el periodismo, si tenés pasión por la comunicación, es por ahí. Probablemente, no será simple, no será fácil. Quizás no se va a dar en los términos económicos en los que los pensás, pero si es con pasión, es por ahí. Pero esto no es algo que valga solo para el periodismo, vale para el arquitecto, para el músico, para todos”.

 

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