Vuelta a clases: cómo evitar el síndrome posvacacional


Con el regreso a clases, uno de los interrogantes que se plantean muchas familias es cómo superar el síndrome posvacacional, que genera situaciones de estrés y ansiedad en algunos niños y también en sus allegados.

Para ello, puede tomar medidas para afrontar la vuelta al colegio de la mejor manera, sumado a acciones para motivar a sus hijos en el inicio -para muchos- de una nueva etapa escolar o bien retomar la continuidad.

 

Una familia presente

En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la psicopedagoga, magíster y profesora en educación especial Miriam Báez consideró clave resignificar el “acto de volver a la escuela como algo positivo” y contar con acompañamiento familiar: “Es un momento donde muchas familias están pasando por situaciones de estrés y como profesional, como madre también, creo que es un momento donde todos tenemos que apoyar a nuestros hijos”.

En esta resignificación del regreso a clases, indicó que se necesita “deconstruir algunos patrones que el mundo occidental está teniendo sobre el hecho educativo en sí y todo lo que implica volver a la escuela”.

Aclaró que no hay fórmulas mágicas y se necesita una planificación, para ello “sugerimos las ayudas visuales, las agendas, el uso del calendario que uno puede tener pegado en la heladera, en el ropero, en algún lugar visible”. En este proceso, explicó que sería apropiado destacar “que la escuela es el mejor lugar donde podemos mandar a nuestros hijos”.

A pesar de señalar que en la sociedad se habla bastante de salud mental, alertó que algunos discursos se utilizan de manera exacerbada y en situaciones que no corresponden. Sin embargo, en relación al síndrome, “efectivamente hay un estrés a raíz de una condición o de situaciones que se han vivido, bullying, que genera un estrés a partir de una experiencia”.

A esto se suma el estado emocional de las vacaciones, ya que “se empodera en esa parte del año todo lo que es el placer, donde el hacer y el esfuerzo quedan a un costado”, añadió Báez.

La psicopedagoga remarcó que “el papel del docente es clave porque es uno de los autores más importantes para alojar pedagógicamente a este sujeto que viene al encuentro del aprendizaje”.

En este contexto actual, “no podemos negar la crisis económica, social, cultural que estamos atravesando, y como la escuela es esa pecera donde se visibilizan todas estas cuestiones sociales, políticas y demás, no es ajena”.

Con docentes estresados, señaló que “habría que empezar a pensar en políticas de Estado donde se resguarde tanto la salud mental del estudiante como la del docente, para que el que trabaja realmente lo haga de la mejor manera”.

Por ello, recordó que es importante tener a los profesionales en buenas condiciones y recordó que está en juego un niño, “el sujeto en desarrollo, que es una gran responsabilidad y a veces cuando uno no está bien se complica”.

Acerca del manejo del estrés y la ansiedad, mencionó algunas estrategias como “usar agendas, tomar notas, sentarse a planificar, contar cómo van a ser los días”. Sumado a esto queda un contacto estrecho con los maestros o docentes. En la edad escolar temprana también es importante conformar una rutina, que comienza desde el hogar, con reglas de sociabilidad básica e higiene.

Asimismo, resaltó que es fundamental “darles confianza, porque contrarresta el estrés que nos aborda o nos invade cuando estamos viviendo situaciones que no podemos manejar o que desconocemos”. Esta es una forma de no activar mecanismos de defensa clásicos.

Miriam Báez indicó además que, al enviar a los hijos a una escuela por primera vez, se necesita confiar en ella, “en los profesionales, porque si los padres no confían, son los niños que después no se animan a entrar”.

Al contrario de lo que puede pensarse, cuando los más pequeños arrancan las clases los que más sufren suelen ser los padres: “Ese duelo hay que trabajar en la independencia y no tanto en el apego, que por ahí en vacaciones se afianza”, añadió.

Recomendó tomarse el tiempo de acompañar a los chicos en este trayecto, aunque algunos padres o tutores “a veces tienen muchas dificultades, sufren oscilaciones y depende siempre por supuesto de cada persona”. Sin embargo, “el valor del acompañamiento, de esa mirada, de ese cariño cuando te ven y te observan es fundamental”, alertó.

En este camino en la escolaridad y para tener buenos resultados, aconsejó “armar un lugar donde se pueda estudiar tranquilo, tratar de mantener y sostener un encuadre que sea el mismo”. Para estos momentos de lectura y concentración, indicó que deben tener “un horario establecido, que además puede ser acordado hasta con el hijo”.

 

La adolescencia y la mirada de un adulto responsable

Miriam Báez también comentó que en su experiencia como psicopedagoga, magíster y profesora de educación especial, “siempre trato de psicoeducar a la familia para que, por ejemplo, las etiquetas de los útiles las vayan haciendo con sus hijos”. En estos pequeños detalles, señaló que “no se imaginan el valor emocional que puede tener para el estudiante tener la carátula con el dibujo que hizo en vacaciones y donde a veces hasta hay pinceladas de las abuelas, de las tías, algún corazoncito que le hizo una hermanita”.

Incluso en esta anticipación para el regreso a la escuela, más allá de la ansiedad que puede generar en algunos, “resulta muy interesante hacer participar a los hijos en la construcción de esa mochila de ilusiones, útiles y demás, porque tiene otro valor y significado para cada uno de ellos”, agregó.

Asimismo, la profesional recordó que, como parte del acompañamiento y la presencia de la familia, “en este andamiaje permanente no debemos olvidar que, a pesar de que tal vez tenga 14 o 15 años, nuestro hijo todavía sigue necesitando esa mirada de un adulto responsable, de un hermano mayor, de una tía, de una abuela, alguien que permanentemente mire sus carpetas, cuadernos, no para controlar sino todo lo contrario, para poder valorar su esfuerzo”.

Como parte de las acciones que suman en lo positivo de la vida de un niño, niña o adolescente, cuando uno vuelve del trabajo sería bueno preguntar a diario ¿cómo te fue?: “Tener ese ida y vuelta con la familia es fundamental para que estemos motivados”.

En lo emocional y durante la infancia, señaló que “siempre que escribe es para alguien, igual cuando dibuja y se saca un 10, lo más lindo es mostrar y que alguien te diga: qué bueno, te felicito, que sigas así. Esa es la motivación fundamental”.

En este seguimiento consideró importante que lo sucedido en este ámbito de escolaridad no quede solo allí, “sino que trascienda esas paredes y pueda ser compartido en la familia”.

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