
Después de años de deterioro y abandono, el histórico laberinto vegetal del parque Vortisch en Montecarlo comienza a recobrar vida gracias al trabajo conjunto de los Bomberos Voluntarios y diversas instituciones de la comunidad. Aunque aún restan varios meses para su reapertura, los avances ya son visibles y el objetivo es que el espacio vuelva a ser un atractivo turístico clave de la localidad.
El presidente de la Federación de Bomberos Voluntarios, Waldemar Laumann, explicó que uno de los mayores obstáculos para la recuperación del predio fueron las hormigas mineras, que llegaron a colonizar completamente la zona.
“Donde te descuidás están las hormigas metidas”, contó en una entrevista con 89.3 FM Santa María de las Misiones. El proceso para erradicarlas llevó más tiempo del previsto y todavía hoy aparecen hormigueros en distintos puntos.
Una vez controlada la plaga, comenzaron las tareas de replantado y fertilización. Laumann indicó que las plantas ya alcanzan entre 90 centímetros y un metro de altura, aunque advirtió que el crecimiento “no es parejo en todas” porque hubo sectores que debieron replantarse tras las intensas sequías. El frío actual tampoco favorece el desarrollo: “El intenso frío no le hace nada al ligustro, pero retrasa el crecimiento”, detalló.
En cuanto a la altura necesaria para que el laberinto esté operativo, precisó que debe alcanzar al menos un metro veinte. “Para que una persona normal no vea de un lado al otro, esa es la altura que se va a mantener”, señaló.
El plan original era reabrirlo para la Fiesta de las Flores en octubre, pero admitió que es probable que no lleguen a esa fecha. “Yo creo que vamos a tener para que esté óptimo unos ocho o diez meses todavía”, anticipó.
Además de restaurar la vegetación, el trabajo de limpieza es constante. Laumann contó que se corta el pasto que crece entre medio y que entre las plantas las malezas deben arrancarse a mano. “Es un trabajo manual, no hay forma, no hay otra forma”, remarcó.
Para sostener el avance, se conformó una comisión de apoyo al parque Vortisch integrada por instituciones, floricultores, escuelas y vecinos. Se eligió un triunvirato que trabaja en la organización de la Fiesta de la Flor y en la puesta a punto del predio. La intención es que, una vez restaurado el laberinto, genere recursos para el mantenimiento general del parque.
“Si el día que funcione el laberinto, se autofinancia el mantenimiento del parque”, aseguró el entrevistado.
El abandono del espacio, reconoció Laumann, se debió a la desidia de gestiones anteriores. “El laberinto se abandonó por desidia de los dirigentes en su momento. Se dejaron estar”, lamentó. Según explicó, muchas instituciones dejaron de apoyar a la promotora de turismo local cuando el proyecto perdió impulso. “Nosotros cuando vimos que el laberinto estaba muerto en su totalidad, nos pusimos al frente con los bomberos de llevar adelante la reconstrucción total en base al plano original”, recordó.
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