Psicotrópicos: su consumo escaló en el país más del 10% en lo que va de la pandemia


Consumo de Psicotrópicos:

CANALES ALTERNATIVOS. Muchos se automedican y lo compran sin receta.

El consumo de psicotrópicos escaló durante estos dos años de pandemia, tanto los recetados por los médicos ante el aumento de cuadros de estrés y depresión, como los adquiridos por canales alternativos (e ilegales) sin receta.

Tanto la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación (SEDRONAR) como la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) dan cuenta de este incremento de los psicotrópicos.

Esta semana, la COFA dimensionó la problemática: durante 2020 se vendieron 538.514 unidades más de clonazepam y 344.880 unidades más de alprazolam que en 2019. Cantidades que triplican y quintuplican el promedio general de unidades dispensadas de medicamentos, registrado el año del inicio de la pandemia.

Durante 2020, se vendió un 6% más de psicotrópicos, alcanzando las 51.951.691 unidades totales. Y todos los subgrupos de estos medicamentos mostraron aumentos, destacándose los sedantes con un 9,18% y los antipsicóticos 8,59%.

Esta tendencia creciente en la venta de psicofármacos se mantiene en 2021, aunque en un porcentaje levemente menor (4,51% de aumento total contra 5,69% en el año de la pandemia). Los datos corresponden a julio de este año, momento en que ya se habían dispensado más de 30 millones de unidades.

 

La situación en Misiones

Al respecto, la presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Misiones, Lorena Schtainer Hendrie, advirtió que el incremento del consumo de psicofármacos “se viene notando desde hace unos diez años y se incrementó desde el inicio de la pandemia”.

En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, la radio de PRIMERA EDICIÓN, alertó además sobre otro fenómeno asociado y es que durante la pandemia también aumentó el consumo de bebidas alcohólicas, “sobre todo en adultos mayores que indefectiblemente consumen algún tipo de medicamento y dentro de ese grupo, encontramos también a los psicofármacos”.

En este contexto, señaló que “la interacción que hay entre las drogas puede ser muy perjudicial para la salud de esa persona, de su familia y de su comunidad. Por eso, es el profesional médico quien prescribe porque es el que evalúa todo el contexto, no sólo la patología del paciente y su tratamiento, sino también las otras enfermedades concomitantes y los otros medicamentos que toma ese paciente porque todo genera interacción y debe ser evaluado. Por eso, la medicación es personalizada, cada caso es particular en dosificación y presentación”.

 

Nuevos e ilegales canales de suministro

Aunque Schtainer Hendrie no descartó que se pueda adquirir psicofármacos sin receta en alguna farmacia de la provincia, indicó que “no debería” y de suceder serían casos aislados.

A su entender, la automedicación se sostiene a través de canales alternativos e ilegales de suministro de medicamentos. “Con la pandemia se abrieron muchos canales de venta ilegal de medicamentos. Por eso, desde el Colegio tenemos que seguir trabajando en el tema de la automedicación y los consumos problemáticos que acarrea la automedicación”, remarcó.

Recordó que “la forma legal de adquirir los psicofármacos es con receta médica prescripta por el profesional y la correspondiente receta de archivo” y reiteró que “el aumento del consumo está volcado en su mayoría a estos nuevos canales ilegales de suministro de sustancias”.

La presidenta del colegio profesional destacó que “el psicofármaco es para un tiempo de tratamiento específico de unos 30 días, que se puede extender por otro período similar; pero no es para un tratamiento prolongado. Esto es así porque los psicofármacos tienen una ventana, un umbral de acción, cuando se llega a ese límite se necesita una dosis mayor porque el cuerpo se acostumbra”, recordó.

 

Mujeres, las que más se automedicaron con psicotrópicos

El Informe sobre la modificación de las prácticas de consumo de sustancias en la población de 18 a 66 años durante la pandemia, realizado por la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación (SEDRONAR) reflejó el impacto de las diferencias de género entre los grupos de varones y mujeres en relación con los cuidados de sí mismos, con el trabajo y con las tareas domésticas, aparecieron como centrales para entender las particularidades del consumo de sustancias en relación con el ASPO.

Respecto al consumo de alcohol, los más jóvenes mostraron un descenso debido a la imposibilidad de acudir a espacios sociales. En cambio, para los adultos el consumo de alcohol se vinculó a “bajar” el día o reducir el estrés: se incorporó a momentos del día en los que antes no se consumía, aumentando así la cantidad ingerida y la frecuencia.

De acuerdo al estudio cualitativo realizado por el SEDRONAR, respecto al consumo de psicotrópicos, “fueron sobre todo las mujeres adultas quienes dijeron haber consumido medicamentos de forma autoadministrada, refiriendo encontrarse sobrecargadas por ver multiplicadas la cantidad e intensidad de las tareas de cuidado a partir del período de ASPO“.

En el caso de las mujeres de nivel socioeconómico bajo, a ello se sumaron los problemas de conectividad que hicieron aún más dificultoso el acompañamiento escolar de los chicos. El hecho de haber iniciado o retomado el consumo de psicofármacos apareció relacionado a situaciones de estrés o ansiedad ligadas a la sobre tarea cotidiana y a la incertidumbre por la prolongación del ASPO, o también a cambios experimentados en el sueño”.

También se incrementó la automedicación de fármacos de venta libre como “Ibuprofeno”, “Sertal” o “Migral” para distintos malestares físicos relacionados con los cambios en las rutinas.

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