Es un mito: “Transpirar no adelgaza sólo provoca deshidratación”


Recomendaciones y cuidados en altas temperaturas

EJERCICIO. Una dieta saludable y ejercicios aeróbicos y de fuerza son la clave para perder peso.

El mito popular de que transpirar adelgaza, todavía se sostiene. Sin embargo, los especialistas alertaron contra esta peligrosa creencia que lo único que genera es deshidratación.

 

Transpirar no adelgaza

La transpiración “es un proceso fisiológico que le permite al cuerpo mantener una temperatura estable para que los órganos funcionen normalmente”. Cuando hay un exceso de calor externo, “el cuerpo libera agua para liberar calor y evitar levantar más temperatura. Cuando transpiramos, perdemos agua y minerales, pero no perdemos grasa”, aseguró a FM 89.3 Santa María de las Misiones, la licenciada en nutrición, María Cecilia Marín.

Con la pronta llegada del verano, “algunos se obsesionan y quieren adelgazar rápidamente. Salen a correr al mediodía y con buzos porque piensan que cuanto más transpiren, mayor grasa pierden. Pero no. Lo único que logran es deshidratarse”, destacó.

En este sentido, aclaró que “el tejido graso no se transpira. Se oxida en forma de dióxido de carbono y se exhala. Por eso la única manera de perder grasa es con ejercicios de fuerza y aeróbicos”.

Así, reiteró que “cuando transpiramos podemos perder algunos gramos, son del agua y de algunos minerales, pero no de grasa”.

Marín sostuvo que “no hay que obsesionarse con el peso porque llegó el verano y no entra la bikini. Los cambios no son de un día para otro y no existe nada mágico que disminuya la grasa en pocos días. Esto es algo progresivo. Tampoco es saludable dejar de lado la posibilidad de comenzar un estilo de vida saludable porque creemos que no vamos a llegar“.

Hay que comenzar a tomar más agua, reemplazar el postre por una fruta, salir a caminar en algún momento del día… todos estos son pequeños cambios que, con el tiempo, marcan la diferencia”, señaló.

 

La hidratación es clave

Con el aumento de las temperaturas, los profesionales de la salud recomendaron seguir ciertos cuidados para evitar sufrir golpes de calor y deshidratación, principalmente en los grupos de mayor riesgo. “Lo principal es hidratarnos y no esperar a tener sed para ingerir líquidos”, destacó la nutricionista.

En este sentido, explicó que “nuestro cuerpo es 80% agua, pero, a diferencia de ciertas vitaminas o de los hidratos de carbono, nuestro cuerpo no tiene manera de reservar esa agua. Por lo tanto, hay que proveerlo constantemente de agua”.

La sensación de sed “es como cuando se prende la luz del auto de reserva. El cuerpo nos avisa que estamos al límite y necesitamos agua. Es importante no esperar hasta ese momento”, subrayó.

 

Las infusiones no reemplazan al agua

A pesar de que las infusiones ayudan a mantener el cuerpo hidratado, Marín dijo que no reemplazan al agua. “El mate o el tereré, por ejemplo, son bebidas diuréticas. Esto quiere decir que el agua que nos aporta, se va mucho más rápido del cuerpo”, dijo.

Por esta razón, reiteró la importancia de beber agua principalmente para los niños, ancianos, personas con enfermedades, embarazadas y mujeres que están lactando y recordó que “debemos beber agua potable porque en esta época aumentan las enfermedades virales y bacterianas gastrointestinales”.

Marín también aconsejó aumentar el consumo de frutas y verduras. “No es necesario que hidratemos a nuestro cuerpo solo con agua. Las frutas y verduras son una excelente fuente de agua”, aseguró y agregó que “en verano es cuando más debemos recurrir a este tipo de alimentos”.

También aconsejó evitar las comidas muy calientes porque “las temperaturas elevadas estimulan el funcionamiento del aparato gastrointestinal, generando mayor gasto energético y más liberación de calor”.

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