“Es Alberto Fernández quien tiene que conformar los lineamientos económicos”


Alberto Fernández

El economista (MBA de la Universidad de Harvard, EEUU), José Piñeiro Iñiguez dialogó con el programa “Primera Plana” que se emite por la FM 89.3 Santa María de las Misiones y analizó la crisis inflacionaria que está viviendo el país, más allá del 6,7% correspondiente al de marzo, informado hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística y Censos. “La inflación de 6,7% que tuvimos en marzo o el 5,5% que podría dar este mes, son una consecuencia de algo, que es un pasado. No te dice nada, simplemente lo que ya pasó, lo que aumentó el kilo de pan y de carne y como te castigó el bolsillo”, indicó.

José Piñeiro Iñiguez

“La variación del sistema de precios depende fundamentalmente en su instrumentación del ministro de Producción. Es el titular de esta cartera el que tiene que seguir día a día al empresariado en función de las ofertas, la demanda de productos, las cadenas de valor y todas esas cosas”, adelantó a la hora de explicar los errores e identificar a algunos de los responsables en la gestión.

 

¿Tiene algo que ver la interna en el Frente de Todos?

El secretario de Comercio, Roberto Feletti, días atrás dijo algo que no fue interpretado adecuadamente. El funcionario advirtió que simplemente controla precios pero que la crisis inflacionaria depende de la política económica.
Ante este escenario, todos los diarios y la mayoría de los periodistas interpretaron las palabras de Feletti como una interna entre el presidente Alberto Fernández y su vicepresidenta Cristina Fernández. Pero, al día siguiente de las declaraciones del secretario de Comercio, habló el ministro de Economía Martín Guzmán y consideró que Feletti tenía razón. Que la situación realmente dependía de la política económica y lo que los periodistas, quienes volvieron a machacar sobre la interna, no llegaron a entender, es que esto no es Cristina Fernández, ambos hablaron de la política económica y la responsabilidad de esto es Alberto Fernández.

 

¿Quién se encarga de esa política económica?

Es el Presidente quien tiene que conformar los lineamientos económicos para que Guzmán o quien quiera que esté, pueda elaborar un plan. Hoy ellos funcionan a ciegas. Esto hay que explicarlo bien, para que la gente cuando se sorprenda en el supermercado con un 6,7% de inflación, entienda de dónde viene.
La inflación de 6,7% que tuvimos en marzo o el 5,5% que podría dar este mes, son una consecuencia de algo, que es un pasado. No te dice nada, simplemente lo que ya pasó. Lo que aumentó el kilo de pan y de carne y como te castigó el bolsillo.
Ahora, para que el precio de los alimentos evolucione de esa manera, tiene que haber algo detrás y eso detrás es la persona que delinea la política económica. El que lo hace es el Presidente.

 

¿Entonces…?

Y hoy tenemos un mandatario que lleva ya dos años en el poder y está a punto de cumplir tres. Entonces, ya podemos hacer un poquito de historia y ver por qué la situación llegó a donde llegó. ¿Es culpa de él?, ¿Es culpa de la guerra de Rusia contra Ucrania?, ¿Es culpa de la oposición?, ¿Del peronismo o de Cristina?, claramente no.
Allá por fines de noviembre de 2019, cuando Alberto Fernández ya había sido electo y estaba conformando el Gabinete y sus lineamientos, se le presentó específicamente un plan económico que marcaba claramente el camino por donde debía ir y cuáles eran los ajustes necesarios para la economía que él se iba a encontrar, que era evidentemente complicada.
Se le marcó como debía transitar los primeros 90 días para explicarle a la gente lo que estaba sucediendo y qué acciones debía tomar.
Este plan estaba conciliado con el Instituto Patria, con Martín Guzmán, con el prestigioso economista Daniel Heymann y con tantas otras personas que lo habían avalado como una solución a lo que atravesaba Argentina.

 

¿No quiso seguir el plan?

Pasaron diecinueve días y Alberto Fernández decidió, por motus propio, ir por la política del “vamos viendo”.
En ese momento no había pandemia ni nada que se le parezca y él confiaba en sus atributos de pensador independiente, que iba a poder gobernar en base a lo que iba pasando día a día.

 

¿Conformó un equipo que no está a la altura de lo que necesita el país?

El ministro Guzmán, a quien se ha criticado mucho durante estos dos años por ser una persona extremadamente académica y sin experiencia para su cargo, es lo mejor que tiene Fernández, por lejos. Aunque lo que haya hecho, quizás lo hizo tarde y mal, técnicamente le saca mucha ventaja a cualquiera de los otros que hoy conforman el Gabinete.
Ahora, Guzmán fue acompañado por el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas. La pregunta del millón es: ¿Los pensamientos de Kulfas en dónde se desarrollaron?
La variación del sistema de precios depende fundamentalmente en su instrumentación del ministro de Producción. Es el titular de esta cartera el que tiene que seguir día a día al empresariado en función de las ofertas, la demanda de productos, la cadena de valor y sobre todo adecuar la rentabilidad empresaria, por el volumen y no por el precio.
La función de Guzmán cuando asumió como ministro, fundamentalmente era la economía externa. Holdouts y deuda externa. El titular de Economía hacía la mirada hacia afuera y Kulfas hacia adentro. Pero, evidentemente Kulfas miró muy hacia adentro porque no llegó a nada.

 

¿Hay alguien más?

El otro partícipe de toda esta historia era el secretario de Energía, Sergio Lanziani. Ese puesto era extremadamente clave, porque Argentina es muy sensitiva en cuanto a su estructura de precios a la energía. No la tiene en abundancia y hace falta salir a comprarla. Entonces, vos necesitas una política a mediano y largo plazo de energía. Lanziani fue responsable de muchas de las cosas que hoy estamos viviendo.
Tomando como ejemplo dos problemas centrales: petróleo y gas. En el caso del petróleo, apareció el denominado “barril criollo”, que garantizaba a los empresarios un precio base y que hemos criticado abiertamente en su momento.
Cuando apareció la pandemia, el petróleo se fue hasta precios negativos y era responsabilidad de los ministros conformar stock, tomar futuros, como muchos países lo hicieron para aprovecharse de ese beneficio que tenían. La economía parada ofrecía commodities muy baratos que se iban a recomponer en cuanto a sus precios en el futuro, como pasa ahora.
De -135 dólares que valía el barril, pasó a valer +100, eso es en el bolsillo de Argentina como país algo tremendo. Entonces, el secretario de Energía, es el que tiene que tener la varita sensitiva y en conjunto con los ministros de Economía y Producción ir aprovechando estas oportunidades. Para eso están en su cargo.

 

¿Cómo llegamos a esta crisis del gas?

Con respecto al gas, veníamos del fracaso del expresidente Mauricio Macri, en el cual se fomentó Vaca Muerta. El gas que se produce ahí para que sea algo real, lo tenes que poner en un gasoducto para que llegue a las empresas y a las casas.
Macri, que hoy se queja del desenvolvimiento del sistema energético, exige por el gas pero se olvida que las dos licitaciones de Vaca Muerta las dejó desiertas por errores en el proceso. O sea, mucha Vaca Muerta en esos cuatro años pero resultados, ninguno.
Cuando Kulfas y Lanziani se hicieron cargo de la gestión, dijeron que no era prioritario el gasoducto y tampoco licitaron. Ahora Bolivia y Brasil nos van a dar gas, pero a qué precio.
Argentina puede sacar el gas de Vaca Muerta a 3,5 dólares por millón BTU. Al importarlo, va a pagar hasta 48 dólares por cada millón de BTU. Si sale bien el acuerdo con Bolivia y Brasil, pagaría entre 8 y 14 dólares, cualquiera de los escenarios, es superior al precio de extracción.
El que tenía que haberse hecho cargo de la economía interior, el ministro de Desarrollo Productivo, hizo poco tendiendo a nada porque realmente no tiene el control de su sector y no maneja las variables de cómo debería evolucionar todo esto. Y el secretario de Energía también falló, al ser ésta una variable central para la evolución de precios en el futuro.
¿Qué tiene que ver en esto Martín Guzmán?, ¿Qué tiene que ver el ministro en componer política económica?, nada. Él realmente podría ejecutar un plan, si los que están arriba les marcan una hoja de ruta.

 

¿En qué posición queda Alberto Fernández?

Alberto Fernández no sabe a dónde va. Podríamos pensar que es un mal presidente y de hecho, es un mandatario muy mediocre. Va a pasar a la historia como alguien que no nos dejó nada. Pero, ¿es solamente por él o por qué, Argentina cae en el mismo problema siempre?
Si repasamos los cuatro años anteriores vemos que el escenario fue igual. El 6%/7% de inflación del mes anterior, Macri lo tuvo, Carlos Menem lo tuvo, Fernando de la Rúa y Raúl Alfonsín también. Es un problema endémico de Argentina.

 

¿Qué hay de los otros funcionarios?

Evidentemente las personas que entran al poder no hacen lo que tienen que hacer.
Podemos tomar el ejemplo del exministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay. De lo mejor que tuvo la gestión de Macri. Pero, el exfuncionario también fue titular del Banco Central durante el kirchnerismo.
Cuando estuvo en el BCRA, fue con una carta orgánica que hablaba de la autonomía del mismo.
Pero, cuando fue ministro de Hacienda, fue con otra carta orgánica del Central. A Federico Sturzenegger lo puso Prat-Gay y la entidad dependía de la administración social central.
Es decir, Prat-Gay ocupó cargos centrales en dos gobiernos totalmente opuestos. ¿Cómo terminó?, de los dos lugares fue despedido de su cargo. O sea, no se entiende si es un problema de ideología para estar en dos gestiones antagónicas y cuando estoy fuera critico al anterior, del que fui parte o al otro, del que también fui parte.

 

¿Hay otros?

Sí, Martín Lousteau. Fue empleado de Alberto Fernández cuando era jefe de Gabinete y después fue ministro de Economía de Cristina Kirchner. Hoy es senador por la oposición y se arranca los pelos por las retenciones cuando, él fue fundador de la Resolución 125, que establecía una retención del 100% si el poroto de la soja superaba los 650 dólares, todo lo que dé por encima de ese número era para el gobierno.
Hoy el precio de la soja llegó a ese número y la retención es de 32% y se quieren tirar por los balcones porque subió 1% la alícuota en el aceite.
Hay algo que es incongruente. Fuiste ministro de una gestión, senador en otra y a lo que hoy te opones, es lo que vos, hace sólo ocho o diez años atrás, creaste y generaste un caos generalizado.
Por último, no me puedo olvidar de Federico Sturzenegger. Fue titular del Banco Central en la gestión de Macri pero, también lo fue en la gestión de De la Rúa y terminó procesado por el megacanje.
Al volver a la función pública nos llevó a un endeudamiento fenomenal, con un préstamo multimillonario con el FMI y las Leliqs.
Él buscaba más endeudamiento y lo logramos, pero no nos llevó a nada positivo.
La situación va más allá de los gobiernos, va más allá de los funcionarios y va muy atado a las personas. El problema es que estas últimas, muchas veces están relacionadas a los intereses particulares de los empresarios que vienen de la mano.
Desde hace un tiempo hasta hoy, quizás, políticos y empresarios están tomando el gobierno para beneficio personal y realizar algunas cosas que se proponen antes de asumir.

 

¿Cómo se sigue?

Primero, hay que entender si el tema de la inflación crónica en Argentina ¿es negligencia e inoperancia o es un interés particular y desmedido a beneficio del sector privado?
Hasta el más bruto puede aprender. Pero, hoy Argentina lleva una cantidad de años enorme sin hacerlo. Desde el retorno de la democracia al día de hoy caemos siempre al mismo lugar, más allá de algún veranito financiero.
Argentina debe 360/380 mil millones de dólares y si, es una deuda externa enorme pero, en manos de argentinos hay unos 400 mil millones de dólares siendo el segundo país del mundo con más tenencia de dólar billete en su poder. Es raro un país de sólo 45 millones de habitantes, que tenga tanta plata en su poder. ¿De dónde los generó?

 

¿Cómo se explica esa situación?

Argentina sigue siendo un país rico. Entonces, más allá de la pobreza, de la inflación, lo que tiene es un problema de distribución de la riqueza. Entró en un proceso que cada vez es más desigual.
Cada vez hay más en manos de unos pocos, que son identificables y que siempre están de la mano de un político de turno, que nos llevan a un fracaso anunciado y después salen a darnos una serie de explicaciones acerca de porqué no pudieron triunfar. Además, estos pocos vienen a buscar un “segundo tiempo”, para venir a tener un fracaso que sea un poco más pequeño que el anterior.

 

¿Cuál es el escenario actualmente?

Los que tienen mucho siempre son los mismos personajes y según el esquema del país, vamos a que cada vez sea más concentrado.
Se eliminó esa franja del medio que caracterizaba a la Argentina, por ser permanentemente ascendente. En el país, el que nacía y transitaba su vida en la franja de abajo, aspiraba a que sus hijos puedan estudiar e insertarse en el medio y quizás sus nietos lleguen a ser empresarios PyME. Esto desapareció y ya somos parecidos a cualquier otro país de la región en los cuales hay pocos ricos, muy ricos y muchos pobres, sumergidos en la línea de indigencia.

 

¿Qué hace falta para revertir esta situación? 

Para tener una política económica que te lleve a algún lado, a estar un poquito mejor que ayer, tenemos que analizar donde está el problema.
De nada sirve seguir hablando del índice pasado de inflación o de los diferentes acuerdos de deuda. Eso es pasado y nosotros siempre vivimos hablando de las consecuencias en base a las actitudes que tuvimos. Los gobiernos no llegan de casualidad.
La gente repite los mismos errores si no conoce el origen del problema. Ahora hablamos de 6,7% de inflación, que probablemente el real sea mucho mayor.
Para adelante, esto no va a variar demasiado y dentro de un mes el índice de la suba de precios probablemente sea de 5,5%, después 4,5% y el acumulado anual seguramente se ubique en 75% y no 29% como un iluso dijo en el Presupuesto que fue rechazado.

 

Cronología de un problema que se volvió costumbre

Desde 1944 hasta hoy, de 27 presidencias analizadas sólo cinco registraron variaciones de precios menores a los dos dígitos, mientras que en el extremo opuesto, seis presidentes tuvieron inflaciones anuales de tres dígitos. Las tasas de inflación anualizadas más altas se presentaron en los gobiernos de Reynaldo Bignone (401%) y Raúl Alfonsín (398%), con el pico máximo registrado en 1989, con un 3079% y una devaluación histórica, según un informe de la Unidad de Estudios y Proyectos Especiales de la Cámara Argentina de Comercio (CAC).

Durante el gobierno de Isabel Perón, el ministro Celestino Rodrigo impulsó un plan de mega-ajuste: se duplicó el tipo de cambio, se licuaron los salarios, hubo suba de tarifas y combustible que impulsaron la inflación hasta el 182% en 1975.

En 1989 se alcanzó la máxima tasa de inflación del país, bajo la presidencia de Raúl Alfonsín. La variación de precios promedio de ese año fue de 3079%, registrándose también una devaluación sideral del peso: el tipo de cambio registró un aumento de 4771% anual con respecto al dólar.

La pérdida de valor de la moneda fue tan importante que durante este período se realizaron dos cambios de símbolo monetario: en 1983 se reemplazó el Peso Ley por el Peso Argentino. Este último, a su vez, que en 1985 fue sustituido por el austral.

A partir de la Ley de Convertibilidad de 1991 -que fijó la paridad del peso con el dólar- comenzó en la Argentina un período de drástica reducción de la inflación y posterior estabilización del nivel de precios, incluso con años de deflación.

Sin embargo, la inflación promedio durante la presidencia de Carlos Menem fue significativamente elevada (69,7% anual), como consecuencia de la variación de precios registrada durante los primeros años de su gobierno. La inflación fue muy alta en su primer mandato (147,5% anual) y nula en el segundo (0% anual).

El beneficio de esa baja inflación durante la convertibilidad estuvo acompañado de los perjuicios de carecer de política monetaria. Junto con una fuerte recesión la deflación se extendió también durante los dos años de la presidencia de Fernando de la Rúa, con una tasa anualizada de -1,1%. La devaluación de 2002 impactó en el nivel de precios durante la presidencia de Eduardo Duhalde que tuvo una inflación anualizada de 29,3%.

Tras un período de estabilidad de precios, la inflación volvió a ser un tema de preocupación nacional desde 2007, cuando la tasa anual superó el 20%.

La administración de Mauricio Macri, con el propósito de la unificación cambiaria y la actualización de las tarifas de los servicios públicos, no consiguió reducir estos guarismos. Por el contrario, llegó a registrar un pico inflacionario en 2019, con un alza de 53,8%, cuando un año atrás había alcanzado el 47,6%.

Durante el primer año de la gestión de Alberto Fernández, a la par de la recesión que trajo la pandemia, la inflación se redujo a 36,1% mientras que en 2021 alcanzó el 50,9%, a pesar del congelamiento de tarifas y el atraso cambiario. Este año ya superó el 16% en apenas tres meses.

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