La choripanera de Oberá: “Nos ponen muchas trabas pero no voy a bajar los brazos”


La historia de vida de María Angélica Forpaniski y su hijo Héctor se viralizó en los últimos días a partir de la nota de PRIMERA EDICIÓN en la que se cuenta cómo se instalaron al costado de la ruta nacional 14 con un carrito de choripanes buscando sobrellevar una difícil situación económica.

En comunicación telefónica con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, aseguró que si bien tiene al día la habilitación para vender comida, siempre están con miedo porque “con la Municipalidad nunca se sabe”.

Agregó que “yo en mi puestito tengo todo limpito, preparo todas las cosas con guantes, tengo como me lo dijeron, me pidieron un tipo dispenser con canillitas, y también lo tengo”. Afirmó que lo único que le falta es la parrilla cuadrada, en vez de la redonda, porque es lo que le exige la Comuna obereña.

“Parece increíble que a la gente que quiera trabajar le pongan trabas tan pavas, eso me parece una cosa tan increíble. Te ponen trabas, pero yo no voy a bajar los brazos”, remarcó la mujer, quien contó que ante esas excusas que le complican el trabajo, le ofrecieron que cambie de lugar su carrito (en ruta casi Pincen) y se “corra” unos 50 metros, ya en jurisdicción de Colonia Guaraní, donde “ellos no me van a molestar”.

Aprovechó para plantear que “a mí no me dan planes de nada, los planes son para los vagos, porque trabajo hay, yo soy una mujer que no tengo quien me dé una mano así que agarré, junté la plata y compré la parrilla, después junté la plata de vuelta y compré todas los cosas que me hacen falta y digo vamos a salir a la calle a ver si hay venta“.

En ese sentido, las ventas “van bien, hasta ahora bien, se vende porque en la calle los camioneros o la gente de paso a veces va sobre la hora y no quieren cocinar en la casa, se llevan dos, tres choripanes y lo encuentran rico, como es fresquito, no hay cosas de dos o tres días”.

Además de la venta ambulante en su carrito choripanero, María cuida a abuelitos. “Hay semanas que, como ahora, me toca cuidar a una abuela. Cuido a la noche a una abuela y a las 7 salgo de acá y me voy, alzo todas mis cosas y me voy a la calle hasta las 2 o las 3 de la tarde”. 

 

El sueño de la casa propia

María cuenta que la idea de la venta ambulante de choripanes llegó a causa de que es muy difícil llegar a fin de mes. Si bien el alquiler de su vivienda junto a su hijo y otro chico, no es muy elevado, señala que todo los meses aumenta un poco más. 

“Mi sueño es tener mi casa propia, tener un terrenito con una casita para dejar de alquilar, y con eso también podría trabajar menos, ahí ya cambia, cambia un poco, porque no tengo esa preocupación de si llega la fecha de pagar el alquiler tengo que tener esa plata. Uno podría invertir en la casa de uno mismo” exclamó.

El mes pasado logró tener una charla con Pablo Gómez, intendente de Los Helechos, para ver si había posibilidades de conseguir un espacio verde para poder construir una casa y “me dijo que vaya dentro de dos o tres meses, que había una posibilidad de conseguir porque había un espacio verde disponible”.

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