Un caso de leishmaniasis visceral en un niño disparó alarmas en Itaembé Guazú


El caso de leishmaniasis visceral detectada ayer en un niño de cuatro años encendió todas las alarmas en el populoso barrio Itaembé Guazú, en el sur de Posadas. Es que la notificación obligó a las autoridades a bloquear la zona donde se detectó el caso.

De acuerdo a información que pudo recabar PRIMERA EDICIÓN, el caso se confirmó en el Hospital de Pediatría donde acudió el menor luego de presentar sintomatología. 

La Municipalidad de Posadas, a través del IMUSA, y la Subsecretaría de Salud, por medio de la Dirección de Saneamiento Ambiental, acudieron de inmediato al lugar y realizan el bloqueo de una manzana a la redonda, donde se comenzó el operativo de trampeo que, por protocolo, dura 48 horas.

Con respecto al menor de edad contagiado, se pudo saber que “hoy sigue internado en el Hospital Pediátrico”, aseguró el doctor Fabián Zelaya, director de saneamiento ambiental del Ministerio de Salud. El niño está bajo tratamiento, aunque no trascendió su estado de salud.

Asimismo, Zelaya explicó a la FM 89.3 que tomaron conocimiento del caso ayer y, desde ahí, “se encendieron las alarmas y logísticas para actuar en forma inmediata en el bloqueo”.

A su vez, explicó que es común al aparición de casos de leishmaniasis en Misiones, al ser una zona endémica (se halla de forma natural, no se puede erradicar). Sin embargo, diferenció que “tenemos zonas donde suelen aparecer casos de leishmaniasis tanto cutánea y visceral, sobre todo cutánea; la visceral no es tan frecuente en Misiones”, aclaró. Por eso la alerta del caso.

Igualmente, este no es el primero de este año. En enero, un menor misionero de 11 años fue internado en el hospital Garrahan por contraer leishmaniasis visceral. 

Seguidamente, para explicar cómo se llegan a estos casos, Zelaya comentó que “este flebótomo suele hacer su ciclo biológico, totalmente distinto al Aedes aegypti (transmisor del dengue): no necesita del agua, al contrario busca lugares húmedos, frescos, oscuros, donde hay material orgánico (hojarascas, frutas descompuestas que caen de los árboles). Es el sitio predilecto del flebótomo para desarrollar su ciclo de vida del vector transmisor (Lutzomyia longipalpis) de la leishmaniasis”, sintetizó.

A la vez, además del vector, necesita del perro o el hombre. “Entre el perro y el hombre, generalmente prefiere el perro”, que en consecuencia actúa como “barrera sanitaria”, como una advertencia antes de llegar al hombre, dijo el doctor Zelaya.

 

Tenencia responsable y cuidado 

Vale recordar que, según un estudio, realizado en marzo, en Misiones hay una positividad del 20% de leishmaniasis en mascotas. De ahí radica también la importancia de la tenencia responsable.

“Este vector pone en riesgo a nuestra mascota y la tenencia responsable es fundamental: el hecho de que no estén todo el día atados, que tengamos el cuidado de sacudir su trapo, su frazadita, limpiar su casita, para que no se acumule o no hay actividad vectorial. Tener en cuenta la pipeta, el collar para ahuyentar al vector, porque si bien el perro es nuestra barrera sanitaria tampoco es para que siempre sea así”, expresó Zelaya.

“Generalmente las personas se alertan ante la presencia del caso. La gente suele tener cuidado, trata de limpiar su patio, se cuida, pero lo tiene más relacionada al Aedes, esto es otra cosa”, contó.

Por eso, pidió que, por ejemplo, “al realizar una poda tratar de que las hojas no se acumulen y se sequen, que no que se queden humedezcan y terminen siendo hojarascas en nuestro patio”. También, al tener árboles frutales recomendó “no esperar a que la fruta de descomponga en el suelo”; y al cortar el pasto, “limpiar y juntar para que no sea material orgánico para ese vector”.

 

Operativo de bloqueo

TRAMPAS DE LUZ. El bloqueo comienza con el trampeo en el lugar del caso sospechoso o positivo y en las casas circundantes.

Con una caso sospechoso o positivo, los organismos encargados de la prevención y bloqueo, actúan de forma inmediata. El doctor Fabián Zelaya explicó el procedimiento que hacen en toda la provincia.

“El bloqueo consiste en aplicar ‘trampas de luz’, que son trampas del CDC que se ubican en distintos puntos, tanto en la casa del caso sospechoso como en la casa circundantes, no es como el bloqueo del dengue, por ejemplo, y se debe a que no es un mosquito como el Aedes, no llega a ser un mosquito, es un flebótomo que tiene un vuelo corto”, resumió.

Generalmente, con las trampas de luz, “se buscan lugares donde este flebótomo suele hacer su ciclo biológico”. Como se mencionó, ese insecto busca lugares húmedos, frescos y oscuros.

Y lo que se hace, ante la presencia de una notificación, “articulamos con la Municipalidad local y la subsecretaría de Salud, se hacen trampeos durante 48 horas, se colocan las trampas generalmente de tarde (porque la actividad del vector es tarde-noche) y se busca colocar en lugares donde hay perros o cerca de la cucha del perro, donde hay gallineros, cerca de material orgánico, de la hojarascas y posteriormente se ve qué abundancia de flebótomos tienen esas trampas, y depende de la abundancia de estos, se hace el control químico si es conveniente o no”, mencionó.

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