La inseguridad rural en el norte de la provincia no da tregua y, lejos de ello, los productores denuncian que los robos se repiten en sus chacras, mientras que a la par hay un negocio clandestino que crece sin control.
Un episodio ocurrido este último fin de semana hizo estallar de nuevo el malestar de los productores. Es que el mismo lugar donde el 13 de diciembre de 2020 se registró un tiroteo en medio de un robo de ganado y que terminó con una persona herida, el domingo a la mañana amaneció con los restos de una vaca que fue faenada durante el sábado, presumiblemente a penas luz del día, en un nuevo caso de abigeato.
El lote en cuestión se ubica en el kilómetro 18 de la ruta provincial 17, entre las localidades de Eldorado y 9 de Julio. Pertenece a Christian Bulman Hartkoff, un productor ganadero que lo heredó de su familia. El animal en cuestión es una vaca de raza Bradford, que tenía dos años de edad y unos 350 kilos. Tras hacer la denuncia en sede policial, dio detalles de lo ocurrido en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
“Pasó el fin de semana, estimamos que el sábado al mediodía. Yo tengo un campero que vive en la propiedad y que se ocupa del ganado. Él recién se enteró a la mañana de ayer”, indicó.
Agregó que el empleado comentó que notó movimientos extraños y que escuchó ruidos. Pero, aclaró Hartkoff que “muchas veces por la lejanía y por la vegetación no se oye el tiro”.
“Siempre es la misma forma que operan. Te matan al animal de un disparo y lo carnean en el lugar”.
Además, no ocultó su frustración por el hecho y su incertidumbre acerca del futuro: “No sé que medidas tengo que tomar. La verdad es que dependemos de las autoridades y en muchos casos de la poca voluntad del Gobierno y del Municipio para actuar”, manifestó.
Ratificó que “no es la primera vez que sucede” y añadió que los casos “siempre ocurren en la misma zona del campo”. También remarcó que no se trata de una cuestión individual. “Hace pocas semanas le pasó a una vecina que le faenaron un animal preñado”, ejemplificó.
“Mi empleado no tiene muchas ganas de trabajar así. Me da mucha pena porque es una persona muy trabajadores, pero no quiero que tenga que pasar por esto porque es mucha inseguridad para él”.
Adelantó que ante la inseguridad tendrá que dejar en desuso una parte del campo y limitarse a tener menos cabeza de ganado. “De esta forma no se puede trabajar”, lamentó.
Criticó también que los casos de abigeato estén tipificados como hurto en el Código Penal. “Dejó de serlo hace mucho tiempo, cuando una persona con mala intención te transgrede una barrera física como un alambrado para entrar en una propiedad privada con arma de fuego”, explayó.
Falta de cuidadores
El entrevistado mencionó que hace muchos años hay escasez de cuidadores y lo atribuyó a la presencia de planes sociales. “Escasean las personas con buenas intenciones para trabajar. Seguramente hay muchas personas capaces, pero los planes sociales no te permiten encontrar personas para trabajar en el campo”, aseguró.
Hartkoff pertenece al grupo de Productores Autoconvocados que se formó en respuesta a los delitos rurales. “Permanentemente recopilamos estos casos, las denuncias. Hay mucha gente en la provincia que está al tanto de la situación”, explicó.
Asimismo, exclamó que “hay miedo” en las personas de la zona. “No podés tener tu mandiocal o tus plantista de maíz porque enseguida de roban”, apuntó.
Por último, reveló que “trabajar en el campo se convirtió en una cuestión riesgosa”, aunque dijo que seguirá adelante por una cuestión de tradición familiar.
“Yo no quisiera dejar de hacerlo y es muy difícil tener que tomar una decisión como esa. Es algo a lo que se dedicó mi abuelo, mi padre y ahora me toca a mí. Lamentablemente la situación no me lo está permitiendo, pero tengo fe de que todo cambiar y va a haber mayor seguridad, más controles”, sentenció el productor ganadero de 32 años.
Negocio clandestino
En la entrevista radial, el productor Christian Bulman Harykoff denunció que la carne que se obtiene a través del abigeato luego se comercializa en negocios clandestinos locales. “Esto pasa por la falta de controles. Aquellos que se hacen con carne robada, después la venden en carnicerías clandestinas”, dijo.
También responsabilizó a quienes compran en estos negocios clandestinos y advirtió por los riesgos sanitarios. “Por ahí es un animal en cuarentena, bajo tratamiento veterinario y consumen carne enferma. Es un riesgo para la sociedad”, concluyó.
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