A 97 años del ciclón de Encarnación, la hermandad con Posadas más vigente que nunca


Hace 97 años un ventarrón indomable hizo temblar a la ciudad de Posadas, pero del otro lado del río Paraná, en Encarnación, dejó una estela de polvo, escombros, personas fallecidas y atrapadas.

Eran cerca de las 19 de aquel 20 de septiembre de 1926 cuando el ciclón marcó un fatídico día en la ciudad paraguaya, donde solo se escuchaban gritos y desesperación en medio de la noche.

En la costa vecina, los posadeños vislumbraron el silencio y la oscuridad al otro lado del río. A los pocos minutos, el Padre José Kreuser y Jorge Memmel, cruzaron las aguas del Paraná hasta Posadas en busca de auxilio, donde rápidamente el gobernador de ese entonces, el Dr. Héctor Barreyro, ordenó un operativo de asistencia para ayudar a los hermanos encarnacenos. Barcos, médicos, alimentos, ropas y botiquines fueron parte de la ayuda brindada en ese momento crítico. Desde ese momento se estrecharon más los lazos entre posadeños y encarnacenos, que aún hoy siguen vigentes.

Silvia Gómez, directora del Archivo Histórico Municipal expresó que durante esos días ocurrió una especie de parábola, en medio de la destrucción y la desesperación, la hermandad entre los vecinos paraguayos y argentinos se profundizó aún más.

“Nos permitió hermanarnos más y demostrar que solamente esos lazos tan profundos regionales que tenemos son los que al final nos hacen salir adelante”, dijo a la radio de PRIMERA EDICIÓN.

Ese día fue una devastación total para el pueblo encarnaceno que todavía hoy se recuerda con dolor.

 

El fatídico día y la solidaridad posadeña 

Haciendo un poco de historia, Silvia Gómez contó el dramático y novelesco momento tras el paso del ciclón, que se llevó todo a su paso: “Apenas calmó un poco semejante tormenta, el cura de Encarnación José Kreuser, el mecánico Jorge Memmel y un canoero que le decían “Ministro”, de apellido Genes, cruzaron el río. Ahí, la habilidad del canoero de oficio permitió que lleguen al puerto de Posadas y salieron corriendo, subieron esa esa empinada del Cerro Pelón; el sacerdote corrió a la iglesia, que hoy es la Catedral, y el mecánico Memmel corrió al edificio de la Logia Roque Pérez, porque era masón. Más o menos en media hora, organizaron la primera oleada de salvataje. El gobernador era médico, era Héctor Barreiro, así que rápidamente convocó a sus colegas, los colegas a las enfermeras y enfermeros del Hospital Regional y del Hospital de la Caridad, a las hermanitas de la Caridad, que ya estaban con el Colegio Santa María pero aparte ayudaban y colaboraban en estos dos nosocomios, y todos se fueron al puerto. Mientras, el jefe de la Prefectura mandó a sus marineros a buscar a todos los que tenían canoas y lanchas, así que a la media hora zarparon los dos ferrobarcos con toda la gente que pudieron cargar para auxiliar y llegaron a Encarnación. Todavía llovía, todavía había algo de mal tiempo y sobre todo estaba muy oscuro porque obviamente se había cortado el suministro de luz”, comenzó.

“¿Cómo pudieron empezaron a ayudar? Resulta que del lado paraguayo un señor, un escritor, había organizado una especie de cuadrilla en su momento con los  sobrevivientes y podían colaborar en algo, la mayoría estababa muy herida, y ya habían empezado a remover escombros. Este trabajo que se hace en estas dos o tres primeras horas permitió salvar familiares de 15 apellidos de Encarnación, gente que había quedado sepultada bajo escombros, lastimada”.

Pero uno de los datos que pasó desapercibido y que las historias poco la mencionan es que la comunidad posadeña, casi en su totalidad, paró casi un mes todas sus actividades para volcarse en ayuda de los hermanos encarnacenos, que transitaban los peores días de sus vidas.

Gómez contó que “se traían a los heridos, acá los carpinteros se pusieron a fabricar ataúdes, porque no había cantidad que alcanzara, se hicieron coletas, participó todo el país, los periodistas se encargaron de difundir, llegaban donaciones de todo el país, de Brasil y acá se organizó toda la distribución. Los ferrobarcos iban y venían todo el tiempo llevando mercadería y donaciones (desde querosén y gasas hasta juguetes, visos y enaguas). La gente iba a cocinar, para que los que habían sobrevivido y que no tenían dónde estar, pudieran comer todos los días, los chicos pudieran tomar sus dos copas de leche”, resumió.

Otro dato interesante, dijo la historiadora, es que la zona baja tenía una sola escuela y que fue destruida. De esto dio cuenta el escritor chileno de seudónimo Orangel Edelmar, quien escribió el libro “La Catástrofe de Encarnación”, donde cuenta esos fatídicos días que lo sufrió en carne propia.

“Él se dio cuenta que no había escuela y que nadie estaba reconstruyendo la escuela. Pensando en la reconstrucción, se lo comenta a una asociación que había acá que se llamaba la Liga Patriótica (que luego de años fue muy discutida por los objetivos que tenía), pero en este momento fue de gran ayuda, porque lo que se les ocurrió organizar una colecta, con todos los alumnos y docentes de todo el país. Unas moneditas que debían donar lo que pudieran, toda esa suma de dinero que se recolectó llegó a Posadas y de Posadas se pasó Encarnación y contribuyó para rehacer el edificio de la que después se llamó Escuela Argentina en agradecimiento. Esa escuela existe y funciona en Encarnación”, explicó.

Por último, Silvia Gómez volvió a resaltar los lazos profundos entre ambas ciudades fronterizas. “Nosotros tenemos los mismos lazos, una idiosincrasia muy similar y seguimos siendo casi hermanos, porque es más para nosotros cruzar a Paraguay es como ir a otro barrio de Posadas; y para los encarnacenos cruzar a Posadas es como ir a otro barrio de Encarnación. Los lazos familiares y de amistades no se discuten”, resaltó.

Actividades 

Este sábado 23 de septiembre habrá un acto de conmemoración en  Posadas en recuerdo al fatídico día del ciclón y el Día de la Cultura Misionera (que fue el 9 de septiembre).

La cita será en el Parque Paraguayo. Allí se descubrirá una placa conmemorativa donde se encuentra el casi desconocido monolito que allí se emplaza.

La organización está a cargo de la Junta Municipal de Posadas, del Archivo Histórico Municipal, la Municipalidad capitalina y la Logia Roque Pérez N° 65. Desde Encarnación vendrá una gran comitiva para ser homenajeada y actuará el Ballet Municipal de esta ciudad.

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