“Hay que hacernos valer, no puede ser que hagan lo que quieren con nosotros”


La historia de Marcela Alersan Correa demostró una vez más cuan importante es no quedarse de brazos cruzados antes las injusticias y luchar por nuestros derechos. Luego de enterarse que la tarjeta Sube de sus hijo había dejado de funcionar sorpresivamente, a pesar de estar ambas en buen estado, la mujer inició una larga travesía, soportando los maltratos de la empresa Servicios Urbanos SA (SUSA) -firma del Grupo Z- hasta conseguir que su reclamo llegue a buen puerto.

A mediados de marzo comenzó toda la odisea“, relató Marcela en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones. Por aquel mes, las tarjetas de sus hijos dejaron de funcionar, y al acercase a las oficinas encargadas de emitirlas, se encontró con la negativa de la empresa de reponerlas y con una “invitación” a pagar el pasaje descargando la aplicación o abonando en efectivo, pese a ser esta última opción más cara.

Lamentó que en cada oportunidad que se acercó a dichas oficinas la atendieron de mala manera: “Me sentí humillada, me tomaron como una persona ingenua, analfabeta, no sé como describirlo pero fue así“.

Ellos no querían darme la sube, se empecinaron, se burlaban de mí, hasta la mujer de la oficina que está en la terminal UNaM me dijo que agarre y que le lleve a mi hijo a la escuela por mi cuenta“, agregó.

Una mañana, harta de esta situación, se acercó hasta Defensa del Consumidor (avenida Mitre 2180) para tomar cartas en el asunto. “Ellos tienen un formulario que dice reclamos, pero no tienen que hacer reclamos, tienen que hacer una denuncia, esa es la diferencia. Debe ser una denuncia porque ellos están incumpliendo una normativa, si mal no recuerdo es la 24/20, y a su vez, como son chicos (los usuarios de la tarjeta) que están estudiando, también están infringiendo la ley provincial del Boleto Gratuito, y todo eso incide“, explicó.

Destacó “la predisposición y la amabilidad”, además de la velocidad, con la que fue atendido su reclamo en la oficina de Defensa del Consumidor. “La primera respuesta fue el 5 de mayo con una nota, que decía que me tenía que presentar el 8 de mayo en la terminal UNaM para que verifiquen la tarjeta. Ese día 8 de mayo, ya en la oficina, vi una tarjeta sube en mano de la secretaria, tenía el plástico, aunque era otro diseño, no el que tiene la que me entregaron ahora, intenté sacarle foto y no me dejaron”

La empresa hizo una observación de la sube de mi hijo, no se para que porque todas las veces fui y ellos revisaron la tarjeta de arriba a bajo pero seguía sin funcionar“, relató.

La situación se extendió por dos meses, hasta que finalmente el pasado miércoles 25 de mayo, en una audiencia, la empresa finalmente le entregó las dos tarjetas para sus hijos. “Es todo un proceso, pero no tenes que quedarte quieto, tenés que demostrar que tenés la verdad. Ver ese 8 de mayo que la mujer esta tenía la sube en la mano me dejó tranquila, significaba que hay tarjetas“.

Para finalizar, Marcela Alersan Correa dejó unas palabras para todas aquellas personas que están atravesando una situación similar a la que le tocó vivir. “Si yo pude todos pueden. Implica tiempo, pero no puede ser que una empresa pueda más que nuestros derechos, los del usuario que trabaja todo el día. Hay que hacernos valer

A todo les digo que se acerquen a la oficina de Defensa del Consumidor, completen el formulario, no como reclamo sino como denuncia, y que se hagan sentir, porque no puede ser que hagan lo que hacen con nosotros“, cerró.

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