La bromatóloga Viviana Barr habló con FM 89.3 Santa María de las Misiones, acerca de los errores más frecuentes a la hora de manipular y conservar alimentos. En primer lugar, Barr destacó que la limpieza y desinfección de la heladera debe hacerse semanalmente. “Una vez por semana hay que limpiarla porque aunque conserve los alimentos, no elimina los microorganismos”, dijo. En cuanto a la forma correcta de hacerlo, la bromatóloga mencionó dos etapas: “primero se tiene que lavar con detergente y agua caliente afuera y adentro de la heladera”.
Una vez limpia y seca, se procede a la desinfección. “No recomiendo usar lavandina porque corroe los artefactos con hierro y porque agudiza los olores”, señaló. En cambio, “lo mejor es hacerlo con bicarbonato de sodio que neutraliza los olores, es bactericida y encima protege el material”, aconsejó. Cuando la heladera está limpia, se debe controlar la refrigeración.
“La temperatura en refrigeración debe mantenerse entre los 0º a 5º, mientras que la congelación tiene que estar en cero negativo”, explicó. Por otra parte, aclaró que “la conservación del frío en la heladera depende de la cantidad de alimento que haya, cuanto más comida hay, más se eleva la temperatura”.
¿Cómo guardar los alimentos en la heladera?
Barr destacó la importancia de guardar correctamente los alimentos ya que “la zona más fría de la heladera es la inferior y la parte de arriba suele estar cercana a los 5º”.
En este sentido, aconsejó que las carnes y lácteos se coloquen en los estantes inferiores, mientras que la comida ya preparada se conserve en la parte superior. Al respecto, agregó que “nunca hay que guardar la comida que sobra en recipientes abiertos, para evitar la contaminación cruzada”.
Por otra parte, “si cocinaron en olla de aluminio, nunca hay que dejar que la comida que sobró se enfríe en la olla y mucho menos guardarla en la heladera, porque la olla transmite iones de aluminio al alimento. Ninguna comida tiene que guardarse en recipientes de metal”, subrayó.
Los huevos tampoco deben ir en la puerta, aunque la mayoría de las heladeras vengan con el espacio para guardarlos allí. “Tienen que estar en un recipiente cerrado porque es un producto que tiene materia fecal y puede tener salmonella. Tampoco se ponen en la puerta porque, al abrir la heladera, se modifica la temperatura y esto hace que proliferen los organismos”, explicó.
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